Vecinos de la Ribera de Córdoba reclaman su declaración como zona saturada de ruido

Tres comunidades de propietarios de la zona de La Ribera han pedido oficialmente al Ayuntamiento de Córdoba la declaración de zona ZAS ( Acústicamente Saturada ) con el objetivo de cortar radicalmente con la situación «insorportable» que aseguran están soportando cada fin de semana y cada noche. Y reclaman medidas «taxativas» por parte de la autoridad. La declaración ZAS lo es. Probablemente, sea la bala de plata de los ayuntamientos contra el ruido aunque tenga con pocos factores a tener en cuenta. Se trata de una medida temporal y, además, iría contra los propios actos del Consistorio que ha estado encantado de que La Ribera se convierta en una zona de ocio prestando incluso sus propios edificios para ello, como ocurre con el parking de Vimcorsa .

La cuestión, dicen los vecinos, se ha ido de las manos y ahora el efecto acumulativo ha llevado a que se superen en más de diez los 60 decibelios que se consideran tolerables. Y ello ocurre día y noche porque La Ribera se ha convertido, durante los fines de semana, en una feria perpetua . En torno al mes de abril, explica el portavoz vecinal, Rafael Galán, las comunidades afectadas decidieron elevar la solicitud formal a la alcaldesa de Córdoba, Isabel Ambrosio, con una memoria que explica detalladamente qué es lo que les ocurre. No han tenido respuesta.

La ZAS permiten cortar de raíz con la apertura de nuevos negocios ya que impede conceder licencias de apertura para aquellos establecimientos que quieran abrir en una zona concreta. Impide que se coloquen veladores o, cuando sí se pueden poner en la calle, les permite un horario especial diferente al del resto de la ciudad. Las ZAS permiten que los gobiernos municipales obliguen a los bares a cerrar antes de tiempo .

Los vecinos que han echado a rodar el balón están seriamente preocupados por lo que ya tienen pero también con lo que les puede venir. Aseguran que la empresa Barin prepara un proyecto para la zona. En realidad, es la familia propietaria de esa inmobiliaria, que tiene intereses en el Mercado Victoria , es propietaria de la esquina de la Cruz del Rastro con Ronda de Isasa. Todo ese gran solar se quiere edificar para un complejo de bares y restaurantes que guarda alguna similitud con el mercado. Los vecinos consideran totalmente insostenible plantear una iniciativa de esa extensión en un entorno tan saturado de bares.