Los vecinos de Córdoba recuerdan que ya hubo botellón en el Carnaval de 2017

Este lunes todavía eran visibles la cantidad de cristales rotos en la plaza del Poeta Juan Bernier, donde el pasado sábado por la noche una teórica fiesta de Carnaval se desmadró y acabó convirtiéndose en un «macrobotellón», con unas 4.000 personas concentradas, una veintena de comas etílicos y algunos momentos de tensión entre los jóvenes congregados, amén de suciedad, defecaciones, micciones y mucho malestar entre el vecindario.

Los vecinos preguntados por este periódico son tajantes a la hora de responder si antes se había dado un fenómeno similar. «El pasado año ya ocurrió algo parecido, pero en mucho menor escala, pero también con una intoxicación etílica y niños y niñas arrojándose de panza en el pilón de la fuente», recuerda un vecino que prefiere quedar en el anonimato. Los testimonios de los residentes y los mensajes de las redes sociales atestiguan que el botellón no fue una cuestión espontánea, como sostiene el Ayuntamiento de Córdoba para defenderse de las acusaciones de que no estaba preparado.

En aquella ocasión «habría entre un 30 por ciento de lo que hubo el pasado sábado, pero montaron jaleo», añadió. Fuera como fuese, «no se podía ver ni un trozo de cemento de la cantidad de cabezas que había en la plaza», apunta, por su parte, Rosa Muñoz, que vive en la zona y se pasó toda la noche aguantando cómo llamaban a su telefonillo los menores.

Porque ésa es otra. «No era universitarios, sino niños de 14 o 15 años, sobre todo chicas, aunque luego vinieron también chavales», apuntó también Francisco Torres, vecino de la zona, concretamente de la vecina plaza de San Rafael. Eso es lo que ha llevado a muchos de los vecinos a culpar de esta situación no sólo al Ayuntamiento por no estar preparados para estas situaciones, sino también «a los padres, que no están sabiendo inculcar valores de ningún tipo a sus hijos y ni siquiera saben lo que hacen», añaden.

El concejal de Seguridad, Emilio Aumente (PSOE), también habló ayer con ABC para exponer su visión. «No es verdad que el pasado año hubiera un botellón, porque llovió y casi no había nada en la calle; ni siquiera salió bien la Cabalgata de Carnaval», aclaró como primer punto. En cuanto a la actuación policial, «contamos con los efectivos que contamos y no hay más».

Desde el sindicato policial Siplco, su secretario general, Miguel Martínez, también quiso restar culpa a los funcionarios. «No me consta que hubiera ningún dispositivo especial de Carnaval y con los que estamos tuvimos que atender a todo. Esa noche había 24 efectivos en total», dijo.