Infraestructuras
Los vecinos de Córdoba, hartos de un Cercanías «frustrado»: la lista con todos los incumplimientos
Denuncian el precio, la escasa frecuencia, una infraestructura deficiente y la escasa implicación de las administraciones
Los vecinos de Córdoba , a través de la Federación de Asociaciones Al-Zahara, han mostrado hoy su hartazgo con la situación de parálisis del proyecto de Cercanías , al que califican ya sin ningún miramiento como «frustrado» en un comunicado de prensa.
El llamado «Cercanías» -también fue «Metrotrén»- nunca ha sido tal cosa. Ni por frecuencias y horarios, ni por el coste del billete, ni por las infraestructuras que emplea se parece en nada a los servicios de Cercanías que Renfe sí ofrece en otras ciudades del país.
Los vecinos ya eran conscientes de ello cuando el Cercanías fue declarado como obligación de servicio público (OSP) , lo que significa que el Estado se hace cargo de una parte del coste. Ocurrió en 2017 y aquel logro fue vendido por la anterior corporación municipal de PSOE-IU como la puesta en marcha efectiva de un servicio largamente demandado.
La Federación de Vecinos recuerda que ese mismo año, y con motivo de la foto de supuesta inauguración del Cercanías, el Consejo del Movimiento Ciudadano alertó de que eran necesarias más inversiones y una intervención clara de todas las administraciones en varios aspectos. De lo contrario, «significaría abocar al Cercanías a la ineficacia». Cuatro años después, poco o nada se ha avanzado en este sistema de transporte.
La lista de incumplimientos de las administraciones incluye ocho puntos, según la Federación Al-Zahara, sobre los que deberían haber actuado administraciones -sobre todo Ayuntamiento y Estado- que en estos cuatro años han estado en manos tanto del PSOE como del PP.
Faltan, recuerdan los vecinos, las dos estaciones prometidas en Levante y Poniente , lo que supone «un agravio para una gran parte de la ciudadanía». La que se encuentra en una fase más avanzada es la primera, pero Adif ni siquiera ha decidido aún dónde ubicarla . De la de Poniente se sabe aún menos, salvo que tendrá que dar servicio al Parque Joyero y al nuevo centro de convenciones.
En los apeaderos que ya existen tampoco se ha actuado y faltan salas de espera, marquesinas adecuadas, aparcamientos, máquinas de autoventa o servicio de atención.
También denuncian los vecinos que la frecuencia de paso es insuficiente y los pocos trenes que circulan a diario lo hacen con un horario que conviene a Renfe y no a los vecinos. Para un día como hoy, por ejemplo, sólo hay en toda la jornada cuatro convoyes entre Villarrubia y Alcolea y uno más en sentido contrario; en las grandes ciudades circulan cada 10 minutos o menos en hora punta. En su día se acordó, recuerdan los vecinos, que los horarios se planificarían con los vecinos, una premisa que «no se ha visto cumplida».
El precio del billete es otro de los conflictos del Cercanías, y lo es prácticamente desde el origen del proyecto. «No existe una revisión actual sobre las tarifas» cuando «esta cuestión es fundamental para valorar el buen funcionamiento» del servicio. En julio del año pasado se logró el último avance , cuando al menos se unificaron unas tarifas que antes dependían de la distancia recorrida, como si fuera un Media Distancia. Ningún Cercanías del país funciona así .
Sin un sistema integrado
Después están los asuntos relacionados con la integración del llamado Cercanías en un sistema de transporte público mucho más ambicioso. Tampoco se ha hecho nada al respecto, de acuerdo con la Federación de Asociaciones de Vecinos. Por ejemplo, «no se ha ejecutado un plan de movilidad para la periferia que integre adecuadamente el Cercanías».
La ampliación del servicio por el este (hacia Villa del Río) y el Oeste (hasta Palma del Río) es poco menos que una utopía, no hablemos ya de llevarlo hasta el Sur de la provincia aprovechando la línea férrea que aún existe y está en funcionamiento pero sin trenes de pasajeros. «No parece estar en los planes de las administraciones la lógica pretensión de que el Cercanías llegue a prestar sus servicios más allá de la actual línea», apuntan.
Finalmente, las administraciones de las que depende el servicio van cada una por su cuenta , critica Al-Zahara, al apuntar que «no existe en estos momentos una coordinación y estrategia común entre las distintas administraciones, tanto local, autonómica y estatal y Renfe Viajeros y Adif».
Con estos argumentos sobre la mesa, la conclusión del colectivo, que ha apostado por llamar a las cosas por su nombre, no podía ser otra: «Efectivamente el Cercanías es un proyecto frustrado».
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