CRÍTICAS

Los vecinos del Centro Histórico de Córdoba, hartos de las «discocruces»

Alertan de que la fiesta ha perdido su esencia en favor del lucro y el consumo desmedido de alcohol

Cruz del Resucitado en Santa Marina, una de las más frecuentadas por los jóvenes ROLDÁN SERRANO

R. R.

La asociación de vecinos de La Axerquía alertó ayer que, al igual que ha ocurrido con la Feria con las «discocasetas», ha llegado una nueva especie a las fiestas de la mayo:, las « discocruces ». Se trata de un nuevo formato de recinto, dice la entidad, que ha olvidado todo lo de que familiar y vecinal tuvo la primera fiesta del ciclo de mayo para convertirse en locales de expedición de alcohol a mansalva. Lo resumen de una manera bastante sencilla: « Los vecinos estamos hartos ».

«Esta celebración en nuestras calles nada tiene que ver con las que se celebraban en otros tiempos y que algunos barrios conservan, como el Parque Cruz Conde o San José Obrero », explica la entidad vecinal, que no tiene en su margen de actuación geográfico ninguna de las cruces más masivas de la ciudad.

La asociación La Axerquía lo explica de la siguiente manera: «En el Centro Histórico , la cruz apenas se ve, ya no es que una cruz tenga una barra, ahora, a una barra de grandes dimensiones se le añade una cruz. El objetivo es el consumo de alcohol , ganancia, lucro ». La realidad es que, al igual que en la Feria de Mayo, las entidades están empezando a ceder las barras a sociedades mercantiles, una iniciativa que arrancó en El Arenal y que ahora es prácticamente una norma en el recinto ferial. «Para ello existe un gran despliegue de medios, volumen altísimo y por la noche, lo más: se convierten en discotecas en plena calle », afirman los vecinos.

127 denuncias por botellón

Los vecinos aseguran que una nueva moda ha venido a empeorar la situación que se vive en esta zona de la ciudad de Córdoba: las despedidas de soltero «para las que las cruces discotequeras se convierten en un escenario ideal». El teniente de alcalde de Urbanismo, Pedro García (IU), reconoció ayer que el problema es real y que la fiesta se está desnaturalizando de manera relevante. «Hay un momento para cada cosa», explicó.

Ayer, el teniente de alcalde de Seguridad dio los datos definivos del operativo de las cruces de mayo de 2016. Se han interpuesto 127 denuncias por botellón , 56 por incumplimiento de las ordenanzas municipales (fundamentalmente por orinar en la calle), 14 contra la legislación de seguridad ciudadana (peleas, reyertas, estupefacientes) y tres a locales por venta de alcohol fuera del horario.

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