Sociedad
La vida en los barrios más pobres de Córdoba
ABC recoge testimonios de trabajadores en Palmeras, Moreras, Sector Sur y Barrio Guadalquivir
El bloque Palmeras-Azahara es uno de los barrios más pobres de España junto con Moreras-Huerta de la Reina, Sector Sur y el Guadalquivir según el INE. Su mal es endémico. Vecinos que llevan más de 25 años trabajando en estos enclaves reconocen que es difícil revocar su situación. El Urban Audit 2020 conocido la pasada semana corrobora los problemas estructurales de Córdoba y apunta a Palmeras y tres barrios más entre los quince más pobres de España (con datos de 2017): Azahara-Palmeras ( 6.207 euros de renta media anual por habitante); Barrio del Guadalquivir (6.547 euros); Sector Sur (7.296) y Moreras-Huerta de la Reina (7.684 euros). ABC recoge los testimonios de vecinos de estos barrios que conocen bien su realidad social.
Guadalquivir: «Si vemos a un niño que no va al cole, le preguntamos»
Juanfran lleva 25 años en el barrio del Polígono Guadalquivir en la farmacia que lleva el mismo nombre. Junto a él su compañera Lola, que desde 2008 atiende a los vecinos de este enclave, uno de los más pobres de España. Los días en los que se cobra el subsidio por desempleo o la ayuda son los que va más gente a la farmacia del barrio. Muchos son pensionistas , jóvenes o mayores, para los que los medicamentos por su renta están bonificados. Pagan muy poca compensación o ninguna. Estos dos profesionales aseguran que han visto de todo, pero en el barrio hay mucha gente buena y trabajadora. Eso sí, la mala alimentación y malos hábitos hacen que adultos jóvenes lleguen con colesterol o hipertensión. Uno de los males del barrio es obesidad en las familias. Hay un problema de educación que les lleva por ejemplo a que haya jóvenes con 16 años que son ya madres. En este caso hay que mirar tanto por las madres como por sus hijos, cuenta Lola. «Intentamos orientarles, siempre respetando el derecho de cada uno, pero por ejemplo si vemos que el niño no ha ido al cole, y no había razones para que no fuera, se lo preguntamos para que entiendan que eso no está bien;o cuando vemos a un crío desayunando patatas fritas de bolsa , pues le intentamos decir que eso es para otra hora», señala esta farmaceútica que entiende que comer más sano sale más caro.
Sector Sur: «Este barrio era de gente muy mayor y va teniendo menos población»
En la Administración de Loterías y Apuestas del Estado del Sector Sur junto al mercado no para el goteo de vecinos. Guardan escrupulosamente las medidas de seguridad siguiendo las marcas en el suelo. Van a probar suerte con el Euromillón , con cuatro euros. Frente a ellos, la lotera Mariola Lar a que lleva más de 20 años trabajando en el barrio. Los conoce a la perfección, sabe quien es quién y por qué están pasando. Es comedida para evitar ofender a sus vecinos pero reconoce que hay mucho paro en el Sector Sur. Un paro azotado por la crisis del Covid que según Mariola, ha afectado mucho más al barrio porque hay mucha economía sumergida, de muchas personas que se dedican a limpiar. «Vienen a buscar la suerte, a charlar también. Este barrio era de gente muy mayor, va teniendo menos población , la gente se ha ido al Polígono Guadalquivir». Y es que el barrio en lugar de despegar sigue de bajón. «Desde que quitaron la Facultad de Magisterio o la sede de UGT se ha perdido mucha vida en el barrio», reprocha a las autoridades competentes la drepresión económica que soportan. Sin embargo, a su juicio los servicios municipales y de la Junta funcionan correctamente.
Moreras: «Lo que más se agradece es un trabajo, y no tener que ir a pedir comida»
Antonio saca la cabeza por la venta de su bar, cerrado salvo para comida para llevar, para decir que la gente de Moreras está necesitada. «Necesita mucha ayuda, más de lo que ya estaba normalmente, van comiendo pero no como uno quisiera », reitera. Este hostelero lleva 25 años vendiendo bocadillos y pollo asado para llevar y tiene claro que gracias a Dios cuenta con la ayuda de los Servicios Sociales . La crisis del Covid-19 ha provocado que sus vecinos no puedan salir a los trabajos que él llama «más o menos clandestinos, como puede ser de vigilancia de coche, al romero, a las rifas o en la Mezquita, y ahora no hay nada, pues lo pasan peor».
Antonio señala con la mano al final de la calle porque allí están los servicios sociales que dan comida a los vecinos, incluso bonos para el supermercado. En el barrio, por desgracia —apostilla desde su bar—, «hay poco trabajo» . A su juicio, para que Moreras salga de los cuatro barrios más pobres de España hace falta en lugar de más ayuda, más trabajo. «Es lo que más se agradece, por ejemplo, los trabajos con Sadeco , y no tener que ir a pedir comida», recalca. Antonio es escéptico a la hora de pensar en salir de la pobreza. «Aquí en el barrio tendría que pegar mucho cambio para salir del listado de pobreza. Tienen que tener más vigilancia, que las asistentas están más pendientes de los niños, de guiarlos y de que estudien, y de que sus madres tengan trabajo», afirma.
Las Palmeras: «Esto no va a cambiar, sólo puede ir a peor porque no hay trabajo»
José Seco , a su 75 años, lleva 40 en el barrio; su familia vivió en una casa portátil en ese mismo lugar. « Antes se vivía mejor que ahora ; pensábamos que las viviendas iban a arreglarnos la vida y ha sido peor. Llegó más gente de fuera, y más droga», comenta al iniciar la conversación con ABC desde su peña en Las Palmeras. La crisis del coronavirus a ojos de José «ha provocado que más personas se dediquen a la droga, es la vía más rápida para llevar el pan a su casa, pero no la mejor. Hay más fórmulas. Ahora muchos vecinos que tenían a sus mayores en las residencias han vuelto a traerlos a casa, primero por la situación que vivían de peligro en estos centros por el Covid-19 y luego porque la pensión ayuda ahora». Así lo asegura el presidente de la peña deportiva de Las Palmeras Los Pichones.
Este vecino tiene claro que quienes viven en el barrio «es por necesidad, nadie quiere vivir aquí . Quien sale de él es porque la vida le va mejor, ha triunfado. Mis hijas por ejemplo se han independizado y no quieren ni ver el barrio. Gracias a Dios las hemos intentado educar con valores y responsabilidad. Los padres, y me meto yo, tenemos que educar a los hijos para que continúen sus estudios y peguen el salto», concluye. En cuanto a soluciones, José asegura que para qué quiere engañar a nadie, «esto no va a cambiar, sólo puede ir a peor porque no hay trabajo ».
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