ASISTENCIA SOCIAL
Varón, con más de 45 años y sin lazos familiares, el perfil de la persona sin hogar en Córdoba
La casa de acogida de Cáritas constata un aumento de las personas atendidas el último año
En medio de un cierto optimismo económico, una estadística que preocupa: el número de personas sin hogar atendidas en la Casa de Acogida Madre del Redentor, que gestiona Cáritas Diocesana de Córdoba, creció en el último año. Si en 2015 eran 965 en 2016 ascendieron a 1.040 , un incremento del siete por ciento que marca el trabajo de un centro inaugurado a principios de este siglo y que atiende a 40 personas que residen durante todo el día y a otras 40 que llegan sólo para dormir.
Con estos datos la Diócesis de Córdoba busca llamar la atención en el día de las Personas Sin Hogar , que se celebra este domingo, y que pretende proteger a quienes sufren esta situación. Como apuntó José Luis Rodríguez Guirao , gernente del Programa de Personas en Situación Sin Hogar de Cáritas Diocesana, a la casa acuden personas sin medios, sin lazos familiares ni sociales, y sin vivienda, que no tienen trabajo o contrato que les permita ni siquiera acceder a un alquiler.
El incremento de 2015 a 2016 en personas atendidas es de un 7,7 por ciento
La mayor parte son varones , un 86 por ciento, de todas las edades, aunque con mayor presencia de los que tienen más de 45 años, y con dificultades laborales. En ciertos casos se añaden problemas de adicciones que se complican con patologías mentales que es necesario atender. Como explicó Rodríguez Guirao, el concepto de las personas que no tienen dónde vivir ha cambiado desde el «transeúnte» a las personas en situación sin hogar , que es como ahora se les considera.
Allí, y en los distintos puntos de atención que tiene la diócesis, se les ofrece alimento y alojamiento con un horizonte de una cierta permanencia, pero también con la ayuda a la búsqueda de empleo y a la inserción laboral para que puedan normalizar su vida. No en vano, como apuntaron los responsable, hay gente que apenas pasa allí un par de días y otros que llegan a estar más de un año.