DESDE MI RINCÓN
Valores democráticos
Córdoba carece de un proyecto de ciudad consensuado por todas las fuerzas políticas, conocido y aceptado por la ciudadanía
Superado el ecuador de la legislatura municipal, pronto darán comienzo las inauguraciones, reinauguraciones, primeras piedras y promesas para la próxima legislatura. Seremos testigos de la rotura de esos matrimonios políticos que han ocupado el poder durante los últimos años. Otros intentarán vendernos las omisiones y fracasos de los actuales responsables de gobierno, prometiendo y garantizando hacer lo que no se ha hecho sin necesidad de subir impuestos. Tras todo eso, nos veremos inmersos en precampaña, campaña y otra vez a votar. Algunos llaman a esto el juego de la política.
Si echamos la vista atrás, observaremos que cada vez que hay alternancia en el gobierno municipal, los nuevos responsables justifican en la ineptitud y mala gestión de los anteriores el incumplimiento de las promesas hechas en campaña. Denuncian facturas en los cajones, contratos perjudiciales para la ciudad, pérdidas patrimoniales por derechos prescritos y multitud de irregularidades que ellos se verán obligados a solventar.
Para salvar esa situación exigirán a los ciudadanos comprensión para soportar las subidas de impuestos que van a imponer. Mientras todo eso ocurre, los ciudadanos seguimos trabajando, pagando impuestos y callando. Porque en esta historia hablar de manera razonada, sin gritos y sin estentóreas manifestaciones sirve de poco por no decir de nada. Algunos quieren convencernos que esto es también el juego de la política.
Mirando a lo más próximo, lo dicho anteriormente nos lleva a las siguientes conclusiones. La primera, que Córdoba carece de un proyecto de ciudad consensuado por todas las fuerzas políticas, conocido y aceptado por la ciudadanía, que sirva como marco de actuación para que todo gobierno municipal, con independencia del color político que pueda tener, se comprometa a respetarlo. La segunda es que en Córdoba, al carecer de una información puntual y precisa de todos los asuntos públicos y de manera especial de los asuntos económicos, no existe un adecuado control ciudadano, algo imprescindible en democracia. Y no hay veraz información, cuando es la misma oposición la que cuando llega al poder manifiesta desconocer lo que había. En tercer lugar, en Córdoba, el respeto a las minorías políticas y lógicamente a los ciudadanos que representan es algo imposible de conseguir. Y no me refiero a un momento concreto, ya que es algo que se viene observando desde siempre. ¿Alguien cree que esto es ejemplo de democracia?
Que hay una crisis de valores democráticos en España es algo innegable. Por eso me permito decir que aquellos pueblos capaces de liderar los cambios necesarios para recuperar esos valores, serán los pueblos más prósperos y ricos en un próximo futuro. ¿Seremos capaces de entender esto en Córdoba...?