CULTURA

La usurpación de apellidos como medio para escalar en la posición social entre los siglos XVI a XVIII

El investigador de la Universidad de Córdoba Enrique Soria desvela las distintas fórmulas que utilizaban las familias

El investigador de la Universidad de Córdoba Enrique Soria RAFAEL CARMONA

S. C.

El investigador de la Universidad de Córdoba (UCO) Enrique Soria ha descifrado en un estudio las estrategias de las familias entre los siglos XVI y XVIII para conseguir un ascenso en la posición social en España, entre las que destaca cómo la usurpación de apellidos y el cambio de los mismos eran utilizados por las personas para escalar en el estatus.

Según desvela Soria a través de su estudio de la usurpación de apellidos para ascender en la escala social y adquirir mayor prestigio en la sociedad, las fórmulas que utilizaban las familias para cambiar sus apellidos eran muy diversas. Además, desgrana que las que decidían hacerlo tenían mucha facilidad, puesto que, en la época de la investigación, no existían normas que obligasen a la asignación de determinados apellidos, como sucede en la actualidad.

Esencialmente, Soria desgrana que había dos fórmulas para adquirir una posición social más elevada a través del cambio de los apellidos familiares. La mayoría de las ocasiones se hacía sin el consentimiento de la familia noble a la que intentaba llegar el usurpador. Sin embargo, el estudio revela que también, en ocasiones, las familias nobles aceptaban que otras personas adquiriesen sus apellidos a través de sobornos.

Soria explica que en esta práctica de cambiar la denominación para adquirir mayor rango social «los más activos fueron los judeoconversos». De hecho, detalla que su poder económico les permitió realizar este tipo de prácticas. «A pesar de que son excluidos del poder por su propia esencia», asegura Soria, «a través del dinero y de servicios a la Corona consiguen generar una imagen de nobleza y acaban convirtiéndose en ellos, borrando cualquier lazo con el pasado».

Este investigador de la Universidad de Córdoba apunta que era relativamente fácil ocultar el cambio de los apellidos realizados con esta finalidad. Las prácticas para desterrar el pasado trataban de borrar el rastro de su pasado, destruyendo o falsificando todos los documentos posibles.

Como consecuencia de ello, Soria concluye que esta eliminación de fuentes de consulta, por tanto, se convirtió también en un problema para su investigación, puesto que ha sido «una cuestión muy difícil de investigar», ya que «requiere una consulta masiva de información y un cruce de fuentes documentales, algo muy complicado».

Soria concluye que el cambio de apellidos y la llegada de nuevos representantes en la clase dirigentes, realmente, también tenía una función esencial en la sociedad. Para él, «era una forma de reforzar el sistema desde dentro», puesto que «aseguraba el mantenimiento del orden social y evitaba que lo intentarán destruir por fuera».

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