Urbanismo cambia el Plan del Casco y permite un hotel en la sede de Prasa

La Gerencia Municipal de Urbanismo ha accedido a cambiar el Plan del Casco con el objetivo, entre otros, de permitir que la sede de Prasa en el Bulevar del Gran Capitán pueda convertirse en un hotel. El próximo consejo rector de la Gerencia de Urbanismo modificará el desarrollo del artículo 102 del plan que impedía este tipo de construcciones en calles peatonales principales de la ciudad.

Hasta este momento, ese artículo del Plan del Casco no había generado grandes problemas de uso porque todos los proyectos se habían planteado en calles con tráfico. El edificio de Prasa no lo está y se encontraba con la situación de que era inviable siquiera tramitar la licencia de obras oportuna.

La razón de esa prohibición es que los hoteles de cuatro y cinco estrellas han de contar obligatoriamente con una reserva de estacionamientos que puede estar en un edificio distinto. El planteamiento que lleva a Urbanismo a cambiar el plan es que no tiene sentido mantener la prohibición de usos de escaso uso del vehículo, como el turístico, mientras se permiten en esas mismas calles funciones comerciales que conllevan mucho más tráfico.

El proyecto entiende, además, que el turismo tiene una relación con el automóvil bastante más lejana que otros usos humanos. En concreto, asegura que muchas personas viajan hasta Córdoba por otros medios. En cualquier caso, entiende que usan el coche cuando llegan y cuando se marchan. Mientras tanto, el automóvil no suele usarse.

De hecho, la actual norma permite realizar aparcamientos colectivos en calles primarias, de gran tamaño, preferentemente peatonales. Los estudios previos del cambio, que fue abordado por Urbanismo con Prasa, ha sido presentado por Inversiones Rosmarino, la patrimonial de la familia Romero, y elaborado por el arquitecto Rafael Castelló .

Urbanismo ha dotado a este expediente de la declaración de urgencia que le permite la nueva norma urbanística de la Junta. En concreto, esa declaración de emergencia recorta al cincuenta por ciento todos los plazos obligatorios del expediente.