CULTURA

Urban Sketcher en Córdoba | El dibujo como diario vivo de la ciudad

Dibujantes urbanos, armados de libreta, lápices o rotuladores, hacen quedadas para inmortalizar enclaves de la capital

DIbujo de la puerta de Almodóvar de Fernando Angulo, cuya obra está en la cuenta de Instagram Dibunando ABC

Félix Ruiz Cardador

En esta época en las que es común que grupos de adolescentes queden virtualmente para jugar en plataformas de videojuegos también conviven con ello las reuniones de amantes del dibujo , aunque estos se junten de forma convencional, al viejo estilo analógico y sin pantallas de por medio.

Quedan en persona , cara a cara, y lo hacen con las únicas herramientas básicas de una libreta, lápices, rotuladores o quizá un pequeño estuche de acuarelas . El objetivo con el que se reúnen no es otro que el de relajarse un rato y alejarse del estrés de lo cotidiano. También el de reencontrarse con algo que para muchos de ellos -niños que se pasaban la mañana haciendo trazos en un papelillo mientras el profesor explicaba- es una pasión desde la misma infancia , esa afición que acompaña a los hombres desde aquellos tiempos prehistóricos en los que los más creativos ya se dedicaban a pintar su día a día en las paredes de la cueva.

El movimiento tiene carácter universal y hace ya más de una década que a estos artistas callejeros los bautizaron como Urban Sketchers - dibujantes urbanos -. Lo fundó en 2007 un español, el periodista catalán afincado en Estados Unidos Gabriel Campanario, y desde entonces se ha convertido en una tendencia creciente que ha venido a dar sentido de comunidad y pasión compartida a la vocación que muchas personas disfrutaban en solitario.

Hoy rara es la urbe que no tiene su grupo, a los que se puede ver trabajando aquí y allá, pues sus «quedadas» son nutridas y siempre despiertan el interés del paseante curioso. En los tiempos del sobreuso del móvil y la tecnología, ellos son el retorno a aquel ambiente de camaradería que tenían los impresionistas cuando se juntaban para sacar los caballetes y pintar al natural.

Quedadas

La artista Rosa de Gabriel es una de la más veteranas miembros de este grupo , que en Córdoba comenzó a operar hace ya casi una década , cuando varios aficionados al dibujo que solía convocar el arquitecto Álvaro Carnicero empezaron a juntarse de vez en cuando. Desde entonces hasta ahora, la comunidad mantiene su «liturgia» , con quedadas que, según De Gabriel, que ha sido la coordinadora durante los últimos años y hasta hace apenas unas semanas, se suelen producir cada 15 días. Según explica, es imprescindible llevar el material básico y dibujar siempre al natural, evitando fotografías.

La ubicación la suele elegir el coordinador y suele prevalecer el interés por los rincones más típicos y patrimoniales , aunque ella reconoce que le gusta alternar la Córdoba más tradicional con los espacios urbanísticos más contemporáneos e incluso con lugares más alejados del foco turístico como fábricas abandonadas o zonas periféricas.

La reuniones concluyen siempre con el aperitivo de rigor , momento en el que empiezan a subirse a las redes sociales los dibujos, algo fundamental pues, como explica De Gabriel, «el objetivo es compartir lo que hacemos».

Para ser admitido en los grupos, no se valora ni la pericia ni la edad, sino que la persona tenga ganas de aprender y de compartir momentos con otros apasionados del dibujo urbano

También en esos momentos es común que los dibujantes aprovechen para dibujarse unos a otros , algo que se hace no sólo en los cuadernos sino también en servilletas del bar de turno «o en los manteles de papel».

Según Ana de Gabriel , lo importante en la filosofía Urban Sketchers no es ser un fenómeno del dibujo sino « tener ganas de aprender y de compartir esos momentos».

La admisión es por tanto general y no se mira ni pericia ni edad , lo que lo convierte en un movimiento muy variado , en el que lo mismo coinciden personas con conocimientos avanzados que han estudiado Bellas Artes, como es el caso de esta artista, con otros que simplemente tienen el dibujo como una afición ajena a lo profesional. «Hay dibujantes de todos los niveles y se aprende mucho porque ves los aciertos y los errores de los demás, porque escuchas consejos y también porque evitas los vicios que a menudo produce el aprendizaje en solitario», explica la artista.

Uno de los dibujantes más seguidos del grupo cordobés es Fernando Angulo , que en Instagram , bajo el nombre de Dibunando , difunde su labor. Él ha dibujado los principales puntos de interés de la ciudad y también de municipios como Lucena, una pasión intensa por el dibujo ha ido más allá de subir las fotos a internet. Eso ha dado lugar a la publicación de tres cuadernos de dibujo. Uno de ellos está dedicado a Córdoba, otro a la ciudad de la Subbética y uno más a la Mezquita. Estas obras son el resumen de años dedicados a patear las calles con el cuaderno en mano, a menudo acompañado por los Urban Sketchers.

Imagen realizada por Fernando Angulo de la Plaza del Realejo ABC

Según explica Angulo , el grupo sido la herramienta necesaria para que muchas personas «pierdan el miedo» y se atrevan a salir a la calle con su cuaderno para dibujar . En su caso, se unió a los Urban poco después de su creación y esto le permitió dar rienda suelta a una afición antigua, pues, arquitecto técnico de formación, siempre ha sido un gran aficionado al arte y la pintura.

El dibujante reconoce que Córdoba es una ciudad agradecida para el creador debido a su patrimonio e historia , aunque en su caso alterna dibujos sobre espacios muy reconocibles por cualquier cordobés con otros que son meros detalles que se encuentra por la ciudad y le sorprenden e inspiran. «En algunos casos eres tú el que buscas el lugar que vas a dibujar y en otros casos son los lugares o los detalles los que te buscan a ti», explica.

La cuenta de Instagram de Angulo es un paseo virtual por la ciudad , ya que en ella se pueden encontrar numerosos rincones que en su rotulador cobran vida , a veces en simple blanco y negro y en otras ocasiones con el apoyo de las acuarelas para darle al dibujo color y más vida. Hay estampas del Puente Romano y la Calahorra, del Patio de los Naranjos, de la Puerta de Almodóvar, del Realejo, de los molinos del Guadalquivir, de la plaza de Capuchinos, del edificio de la Casa Árabe o de la Plaza de las Doblas.

Esas escenas conviven allí con otras de espacios contemporáneos como la nave de lo que fue la vieja tienda de Urende en la avenida del Aeropuerto y también con dibujos realizados en viajes a otras ciudades andaluzas como Málaga o Granada. La galería de imágenes se convierte de este modo en una especie de diario vital de Angulo , pero realizado con trazos y no con palabras.

De igual modo, el movimiento Urban Sketchers va trazando un itinerario de la ciudad en sus diferentes quedadas , que han dado lugar a exposiciones como la que impulsaron el año pasado en la Casa Árabe y en la que mostraron su obra casi una de treintena de dibujantes.

Todo esto demuestra que en tiempos de videollamadas, grupos de whatsapp y quedadas virtuales todavía persisten vocaciones tan antiguas como la del dibujo , que encuentra nuevas fórmulas para su supervivencia y que también en internet encuentra un lugar indicado para que los aficionados divulguen sus obras, charlen y compartan su obra y sus intereses.

La vieja llama sigue así viva en cuadernos y hojas sueltas , incluso en servilletas, con ese amor por retratar el día a día que ya acompañaba al hombre prehistórico. Un amor que aún nos habita como especie sorprendida ante el sencillo espectáculo de lo cotidiano.

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