Urbanismo
Urban Ribera, 25 años del plan europeo que cambió a fondo la Córdoba cercana al río
Costó diez millones de euros y tuvo un fuerte componente social
El Ayuntamiento diseña la peatonalización de la avenida del Alcázar
Han pasado 25 años y no habrá efemérides porque la memoria municipal es corta. Pero en 1997, con Rafael Merino en la Alcaldía, se puso en marcha el Urban Ribera , diez millones de euros pagados por Europa que cambiaron radicalmente la zona de la Ribera. La avenida del Alcázar que el actual gobierno quiere remodelar es, de hecho, el verso suelto. La parte que no se llegó a tocar.
Ahora costaría explicarlo a los jóvenes que deambulan cada noche por los locales nocturnos de la Ribera. Pero en los noventa, gracias al Urban, se llegó a hacer un censo de prostitutas . Lo hizo, por encargo municipal, una asociación de mujeres, Hiedra, porque la zona contaba con una acreditada experiencia en lupanares, que se extiende hasta la Córdoba medieval. También se realizaron informes sobre la población gitana que era, en gran medida, vecina de la zona. Se realizaron estudios parciales, también, de la población anciana y de los desempleados. El Urban no fue solo ladrillo. También fue social y de apertura de posibilidades económicas.
La explicación es que los barrios de la Ribera hasta los años ochenta y noventa no eran, ni de lejos, lo que son hoy. Eran pobres, estaban ajados y sufrieron en carne viva la llegada de la venta de drogas en las calles en forma de inseguridad. El Urban Ribera fue un intento de revertir todo eso. De frenar el deterioro en un ensayo general de lo que luego se consiguió en la plaza de la Corredera .
Desde el punto de vista urbanístico, sirvió para reconvertir la antigua carretera nacional en el actual Paseo de la Ribera, mucho más confortable para el peatón. Con la llegada de la avenida, la construcción de edificios que miraban al río se animó de forma relevante. De ahí proceden buena parte de las promociones que hoy se encuentran en la zona.
Permitió también una mejora sustancial de las callejas y plazas interiores de la Ribera que, antes del Urban. Zonas como la plaza de la Alhóndiga, la calle Cara o Pozo de Cueto se revisaron. También Lineros, Cardenal González y Caldereros tienen el aspecto que tienen por las obras del plan Urban. El proyecto final, que no estaba incluido en el Urban, fue el puente de Miraflores, impulsado por José Mellado y su equipo en la Gerencia de Urbanismo.
El resultado final fue una revitalización urbana innegable a partir de 2001, cuando acabó el proyecto, ya con el tándem Rosa Aguilar-José Mellado en el poder. Aunque no se realizó una reforma integral de la avenida fluvial de Córdoba, sí que se pusieron las trazas para un desarrollo por fases que continuó con las obras del Puente Romano de la Junta y que el Ayuntamiento tiene la oportunidad de rematar en la avenida del Alcázar, casi setenta años después de que se ejecutara ese tramo del murallón.
Como siempre hay un pero en esta vida, el barrio de la Ribera sufrió una tremenda alteración económica. Se liberaron un millón de euros para microempresas, en forma de ayudas, y se creó un vivero para su desarrollo. Pero lo que llegó fue el turismo y la hostelería como monocultivo. Cerrado el cine Lucano y casi desaparecido el comercio de cercanía, el Urban generó un barrio turístico y hostelero en el que los vecinos protestan a cada rato por los ruidos, las fiestas, las concentraciones.
El atractivo
Si ahora se revisan los papeles del Urban, un cuarto de siglo después, la realidad es que quienes propiciaron el proyecto europeo estaban buscando algo así. Uno de los objetivos del proyecto era «hacerlo atractivo a los turistas». Lo que nadie se podía imaginar entonces es que aquellas calles donde era más fácil encontrar prostitutas que un kebab serían el lugar donde invierten cadenas hoteleras de lujo para levantar cinco estrellas o que el mercado del alquiler, entonces centrado en rentas antiguas, se convirtiría en monocultivo turístico. No contaban con AirBnb.
Diez años después, el Ayuntamiento de Córdoba tuvo acceso a otro programa Urban, destinado a la zona Sur . Tuvo muchísimo más dinero disponible, 20 millones de euros, para una zona con problemas sociales graves. Ni de lejos tuvo el impacto en el distrito que el que se realizó con menos medios en la Ribera. El Urban Sur pasó prácticamente desapercibido y su impacto no ha significado la transformación que se prometía.
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