PRETÉRITO IMPERFECTO

Turismo prestado

El turismo en Córdoba está ahora mismo sin norte y en medio de un temporal de malos presagios

Visitantes a la Sinagoga VALERIO MERINO
Francisco Poyato

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Los malos augurios expresados por operadores turísticos sobre la caída de visitantes a Córdoba han tomado cuerpo oficial. Quienes cada día abren la puerta de su hotel, museo o restaurante, o se patean el adoquinado de la Judería llevaban tiempo con el pálpito. Frente a los mantras de «gentrificación» —un término que se ha usado sin saber realmente lo que significa—, el vecinismo utópico que cree que la ciudad es suya, los mensajes alarmistas de saturación, las etiquetas ideológicas copiadas de la radicalidad en boga, las trabas a eventos o celebraciones que son escaparate, las guerrillas internas propias de un empresariado miope; la inoperancia de los gestores municipales o la falta de una promoción turística seria que no se dirija con ombliguismo político y sí con criterio profesional sin pagar favores mediáticos..., frente a todo eso, la cruda realidad. Uno de cada diez turistas extranjero que venía ya no está, ni se le espera. Y el bache en los nacionales empieza a subir. Treinta y dos mil visitantes menos en cinco meses pueden parecer poca parte del cazo de un millón con que saldó 2017. Sin embargo, los síntomas y la deriva sí deben preocupar y hacer reflexionar sobre una actividad que ahora mismo en Córdoba está sin norte, sin rumbo, en medio de un mercado global que está variando su hábitos y sus flujos frente a cómo ha encarado esta década de crisis económica.

Córdoba empieza a perder los turistas prestados durante estos últimos ocho años en los que no han parado de aumentar las noches de hotel y sus paseantes. Cifras récord. Lo hace de forma sigilosa pero constante. A la hora de buscar razones cabe hacerlo en dos direcciones: fuera y dentro. La mejora económica permite a cualquier familia retomar hoy la agenda de viajes de largo trayecto. La estabilidad en ciertos destinos del Mediterráneo sacudidos por el terrorismo yihadista reflota sus expectativas. Hoy apuntamos un matiz a escrutar: el mercado galo, clave en esta recuperación, se disipa. Los destinos domésticos, como el nuestro, buenos, bonitos y baratos pierden el encanto. El interior se resiente mientras la costa se mantiene.

Pero esta migración empieza a dejar al descubierto ciertas vergüenzas que antes eran tapadas por el rebose turístico. No será porque no se ha repetido que mientras llegaban a tropel visitantes, la ciudad debía hacer sus deberes para cuando éstos hicieran las maletas. Afianzando un tejido turístico de actores, monumentos, atractivos, nuevos productos y promoción que mantuvieran el perfil de un destino muy bien valorado y con más posibilidades de las que nos creemos. Por el contrario, la presuntuosidad —por ser elegantes— se ha creído más de lo que puede y ha habido momentos en que nos ha faltado echar a patadas al turista, una especie molesta para nuestro «statu quo». El tal García, concejal del ramo, más bien ha parecido un resuelto sheriff de «espagueti western» que un habilidoso relaciones públicas con una poderosa marca en sus temibles manos.

Seguimos sin infraestructuras propicias. Sin palacio de congresos (un turismo de alto poder adquisitivo), sin recinto ferial, sin más planta hotelera que dinamice unos precios abusivos en los picos de temporada y tenga facilidades para poder abrir; sin Medina Azahara; sin aprovechar 80 millones de euros gastados en el aeropuerto; sin estrategia y sin política rigurosa de promoción que no sea «Fritur» y sus vanidades catetas; sin agenda de eventos potentes —empieza a bajar la calidad de ciertas citas—; sin Caballerizas Reales y el fértil sector ecuestre; sin empresarios bajo un interés común; sin regular de manera correcta los apartamentos turísticos (que no quiere decir que deban ser satanizados)..., y encima queremos cobrar una tasa turística por todos estos magníficos servicios prestados. Carretera y manta.

Turismo prestado

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación