Tribuna libre

'El Fondo Común Diocesano y la comunión de bienes', por José Luis Vidal

«Es el tronco del árbol que representa la Diócesis; sus raíces reciben agua de los llamados a aportar», afirma el ecónomo diocesano de Córdoba

El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, ante la Virgen de la Fuensanta Roldán Serrano

José Luis Vidal

El Fondo Común Diocesano (FCD) es un instituto canónico en el que se agrupan todos los bienes que son de titularidad de la Diócesis de Córdoba ; en él se reciben los diferentes ingresos con los que se pueden atender los fines diocesanos. Bajo esta denominación técnica se contabilizan los ingresos y gastos propios de lo que popularmente se conoce como el Obispado.

Este Fondo se crea en virtud de lo dispuesto en el Código de Derecho Canónico y es el instrumento a través del que se hace posible la comunión eclesial entre todas las instituciones de la Diócesis. Rige en la Iglesia el principio de subsidiariedad, actuando cada institución eclesiástica en el ámbito de su competencia. Pero son muchas las necesidades que deben atenderse y las instituciones que no cuentan con los suficientes ingresos. Para atender a estos y otras necesidades generales de la Diócesis existe el Fondo.

Así, el Fondo se nutre de una serie de recursos económicos, principalmente de la cantidad recibida por la asignación tributaria que en 2020 ascendió a (3.732.493,08 euros) y bienes recibidos por la Diócesis con destino al Fondo o sin finalidad específica: ventas de patrimonio (85.220,64 euros), excepcionales (23.605,71 euros), herencias y legados (289.283,29 euros), subvenciones para restauración de templos (116.457,29 euros), entre otros.

Son muchas las necesidades que deben atenderse y las instituciones que no cuentan con los suficientes ingresos. Para atender a estos y otras necesidades existe el Fondo

Las rentas provenientes de los bienes muebles e inmuebles (262.634,86 euros) y activos financieros (135.705,29 euros), la colecta del día de la Iglesia Diocesana (69.278,45 euros) y los recibidos por la prestación de servicios de la Curia diocesana (186.861,49 euros), están integrados en este Fondo, así como los donativos directos de fieles (202.199,81 euros), generalmente para las parroquias, a donde son enviados.

En cuanto a las aportaciones de las instituciones diocesanas al FCD, haciendo concreta la comunión eclesial de bienes, destaca el Cabildo de la Santa Iglesia Catedral (1.200.000 euros), las parroquias (363.461,29 euros), las hermandades y cofradías (46.632,99 euros), otras instituciones y comunidades (232.172,87 euros). En este fondo se incluyen también las aportaciones para atender a la sustentación del clero, incluyéndose la del Cabildo (72.200,00 euros), sacerdotes (93.745,32 euros), parroquias (292.462 euros) y otras instituciones diocesanas (328.532,19 euros).

¿Y cuáles son los fines del FCD y qué empleos se hacen en los mismos? Los establecidos en el canon 1254 § 2, junto a los costes propios de estructura . Así, podemos diferenciar varios. Por un lado, el sostenimiento del culto divino, que supone la conservación, mantenimiento y rehabilitación de los templos destinados al culto y sus dependencias. Para este fin, en 2020 se emplearon 2.485.165,73 euros.

Y también la sustentación del clero. Los sacerdotes diocesanos reciben un subsidio con el que sufragar sus necesidades de 1.000 euros mensuales . Además, se cubren todos los gastos ocasionados por los estudios y formación del clero, así como se compensa a los miembros de institutos religiosos que prestan servicios pastorales. Todas estas partidas hacen un total de 3.005.040,13 euros. Entre los fines del Fondo figuran también las distintas obras de apostolado y caridad, sobre todo con los necesitados, y a la Iglesia universal, lo que en total supuso un empleo de 1.633.285,33 euros.

Estas partidas, generalmente, se ejecutan a través de las delegaciones y secretariados diocesanos o de otros entes con esos fines. También se atienden las necesidades corrientes propias de la Diócesis; así, el personal seglar (922.610,79 euros) y los gastos propios de funcionamiento, impuestos, etc. (1.087.195,20 euros), dependen de él.

El FCD es el tronco principal del árbol en que consiste la Diócesis de Córdoba; sus raíces reciben agua de las instituciones que están llamadas a aportar, haciendo efectiva la comunión eclesial de bienes; también de los feligreses; bien con donativos , donaciones , herencias, legados; bien de forma indirecta, a través de la casilla de la declaración de IRPF y por otros cualesquiera... Con ese agua recibida, pueden alimentarse las ramas; las delegaciones y secretariados en el ámbito pastoral y asistencial; las parroquias; los templos que deben rehabilitarse; el propio clero que hace presente a Jesucristo en nuestras parroquias.

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