PERSONAJES DEL AÑO
Tres cordobeses que mejoraron el planeta en 2017
Rubén Molina, Rosa Flores y Daniel Garzón son ejemplos de superación y solidaridad
Al bailaor cordobés Rubén Molina , lo colocó el azar en el corazón de una de las páginas más negras de la historia europea. El 13 de noviembre de 2015, un grupo de terroristas islámicos penetraron en la sala Bataclán de París y abrieron fuego con armas automáticas contra cientos de jóvenes indefensos. Más de ochenta personas perdieron la vida en una carnicería atroz. A una manzana del siniestro, Rubén Molina escuchó desde la puerta de su casa el revuelo incesante de las ambulancias.
Un año y medio después, el artista cordobés se subió al escenario de la sala Bataclán en un acto memorable , a camino entre el homenaje a las víctimas de la barbarie y la terapia colectiva de un barrio que busca restañar las heridas profundas del horror. «Cuando entras en la sala es impactante», declaró a este periódico a través de web cam en una de las entrevistas más turbadoras que ha ofrecido la sección dominal «Contramiradas». Rubén Molina vive en París y, al igual que sus vecinos del barrio, vio su vida ultrajada por la violencia delirante de un puñado de radicales.
La mayor victoria contra el terrorismo es sobreponerse al miedo, como hizo el bailaor Rubén Molina
La mayor victoria contra el terrorismo es sobreponerse al miedo . Regresar a los cafetines y conquistar de nuevo las calles. «La cultura purifica», sostiene el bailaor como si se tratara de un hechicero que se propone limpiar de energía negativa un lugar transido de dolor.
Toneladas de energía negativa ha visto pasar Rosa Flores por la puerta de su trabajo. Es experta en trata de blancas . Y no es un argumento de novela de acción. La esclavitud existe en pleno siglo XX. Mujeres jóvenes que son captadas en el África subsahariana o los países del Este y sometidas a la prostitución forzada en los miles de club de carretera que colonizan España.
Rosa Flores trabaja en la Cruz Roja , área de inmigración. Un día detectaron un extraño patrón de comportamiento en las mujeres inmigrantes. Alcanzaban las costas de Europa con un móvil y un número de teléfono en el bolsillo. Una vez alojadas en los centros de recepción, un buen día aparecía un coche de alta gama, abría las puertas y las chicas se subían en él. Luego, supieron que la mayoría de ellas vivían chantajeadas por una mafia que sufragaba su proyecto migratorio para cobrárselo en servicios sexuales.
Historias de superación
Su misión es rescatarlas de la situación de esclavitud que padecen. Nada menos. «Las víctimas me dan muchas lecciones de fuerza», asegura Rosa Flores. «Cada persona que llega aquí es una historia de supervivencia . De lucha. De esperanza», clama esta mujer cordobesa que no ocupa la portada de los periódicos ningún día del año.
Pero es importante saber que las heroínas anónimas existen. Y viven entre nosotros. Igual que este señor, biznieto de Rafael Garzón , uno de los primeros fotógrafos del siglo XX que inmortalizó la Mezquita de Córdoba en postales distribuidas por medio mundo. Daniel Garzón, heredero del estudio de su abuelo, ubicado en la Puerta del Puente en un romántico edificio pastiche, se encontró de casualidad hace poco más de seis años unas cajas con cientos de fotografías antiguas que hoy son una joya impagable.
«Todas esas fotografías son el registro de la memoria de hace cien años» , asegura Daniel Garzón. Y tanto. Hoy ese recuerdo gráfico descansa en el Archivo Municipal de Córdoba como un tesoro incuantificable. Así sea.