Treinta años de alternativa

Finito de Córdoba | 'La calidad en el toreo', por Rafael Comino

«Se podrá ser o no partidario de Finito de Córdoba, pero nadie puede negar que, en calidad, es un referente»

Finito de Córdoba en una de sus últimas comparecencias en Antequera en octubre pasado EFE

Rafael Comino Delgado

Corría el mes de junio del año 1987 , concretamente el día 27, cuando vi por vez primera torear a Juan Serrano ‘Finito de Córdoba’ . Fue en Santiponce (Sevilla), precisamente el día que debutaba de luces. Inmediatamente me di cuenta de que su toreo era diferente, sus formas eran otra cosa, tenía algo, o se vislumbraba algo en él, que hacía presagiar que estábamos ante un futuro torero excepcional. Por ello empecé a seguirle, y cuando han pasado 34 años continúo siguiéndole y emocionándome con su toreo como el primer día.

A medida que pasaba el tiempo iba creciendo como torero y definiendo su toreo, su tauromaquia, que coincidía con el concepto que yo ya tenía, desde hacía bastantes años, sobre cómo debía ser el toreo ideal. Muchas veces, viéndole torear, me ha dado la impresión de que, en mi mente, ya le había visto antes, cuando soñaba ese toreo ideal al que aludía.

Debuta con picadores en Marbella, el día 25 de marzo de 1989 , y su carrera novilleril fue apoteósica, colocándose enseguida entre los primeros y, sobre todo, dando mucho y bueno que hablar a los aficionados de todo el orbe taurino, pero muy especialmente en Córdoba, donde la afición se da cuenta de que estábamos ante una gran figura del toreo, un torero de época.

Los números de Finito de Córdoba

Tras dos temporadas como novillero con caballos (1989 y 1990) toma la alternativa en Córdoba, como era lógico, el día 23 de mayo de 1991 , de manos de Paco Ojeda y de testigo Fernando Cepeda . Se van a cumplir, pues, ahora 30 años desde aquella alternativa, y Juan Serrano sigue en activo, después de haber toreado, salvo error u omisión, 1.393 corridas de toros, en las que ha cortado 1.361 orejas y 55 rabos. Ha indultado un total de 28 toros, pero hemos de señalar que el indultado en Montoro (2004) fue mandado sacrificar por el presidente de la plaza tras volver a los corrales, pues la ley no permitía entonces indultar en plazas de tercera.

Sin embargo, aquel hecho determinó que el entonces director de Juegos y Espectáculos de la Junta de Andalucía, don José Antonio Soriano, que presenció la corrida, decidiera modificar la ley para que se pudiera indultar en dichas plazas. Otros dos indultos, uno en Osuna y en Valencia (Venezuela), respectivamente, fueron discutibles.

Hoy día podemos decir que ha triunfado en todas las plazas más importantes del mundo taurino , y es considerado, por los más exigentes aficionados, como gran torero de corte clásico y artista. A ello hay que añadir que posee una técnica como muy pocos llegan a conseguir, especialmente entre los toreros de su corte, por lo que también podemos asegurar, sin temor a equivocarnos, que es un toreo de toreros. Tanto es así que he oído decir a muchos ganaderos la siguiente aseveración: «Cuando Finito tienta, todas las vacas salen buenas». Realmente verle torear en el campo es una delicia; alcanza un nivel, tanto con las vacas como con los toros, inconmensurable.

Por eso cuando hablan los profesionales, y mencionan a Finito de Córdoba, inmediatamente todos están de acuerdo en que es un maestro inigualable, con una calidad inmensa . Particularmente pensamos que, al menos, de los que hemos visto (estamos viendo toros desde 1950) es el de más calidad, y teniendo en cuenta que ahora se torea mejor que nunca -pues el toro de ahora lo permite- el de más calidad de la historia, sin duda alguna.

Finito en la finca de Montealto en Madrid en un tentadero la semana pasada Guillermo Navarro

Cuando decimos que es el de más calidad que hemos visto, y que probablemente no veremos otro que le iguale en este aspecto, nos referimos a que aúna en su toreo las siguientes condiciones: verdad, profundidad, hondura, elegancia, expresión estética, empaque, prestancia y técnica, todo ello en máximo nivel.

Basa todas sus faenas, especialmente, en el toreo fundamental, huyendo en lo posible de lo que se considera toreo para la galería, aunque también sabe hacer, cuando el momento lo requiere, y muy bien, el secundario, lo que solemos llamar adornos.

Finito amplió el concepto de profundidad que había cuando él llegó al toreo, haciendo el trazo más largo y con la mano más baja que nunca antes se había hecho . Después de verle a él, muchos intentan conseguir, y lo logran, esa profundidad. En definitiva, que Juan Serrano, con su alma de artista, asimiló el toreo que él encontró , lo pulió y, con su sensibilidad, su sentimiento, su técnica y su estética, lo engrandeció, convirtiéndolo en una joya del arte sin igual.

Se podrá ser o no partidario de Finito de Córdoba , pero nadie puede negar que, en Calidad, es un referente para los buenos aficionados y, sobre todo, para los profesionales.

Córdoba, lo hemos dicho muchas veces y lo repetimos, en el toreo está uno o dos puntos por encima del resto. Sí, porque ha tenido grandes toreros, entre ellos los cinco califas ( Lagartijo, Guerrita, Machaquito, Manolete y El Cordobés) , y tiene a Finito, un torero excepcional, entre los más grandes de la historia que, tal y como yo le veo, aún le queda mucho que decir en los ruedos.

(*) Rafael Comino Delgado es catedrático de Ginecología y Obstetricia de la Universidad de Cádiz y jefe de servicio en el Hospital de Puerto Real

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