Crónicas de Pegoland
La travesía del desierto
Mucha fuerza de voluntad hace falta para perder el poder y quedarse
Tengo apostado un cubalibre con mi compañero de ABC Baltasar López que la próxima candidata socialista a la Alcaldía de Córdoba será la exconcejal de Festejos, Carmen González. Si fallo, tendré que pagarlo —nobleza obliga— dentro de cuatro años, razón por la que lo pongo por escrito en este artículo a modo de contrato. Entonces, espero que el camarada López me lo recuerde vivamente. Será en un futuro aún por descubrir en el que ambos seremos muy viejitos y la compañera columnista Noelia Santos será una profesional curtida que tratará a los jóvenes del periodismo con visión cenital cumpliendo el irreparable ciclo de la vida. Naces, creces, desprecias el criterio de los novatos , das el pregón de la feria del pueblo, trabajas en un gabinete de prensa y la palmas. Amén .
Creo que he de explicarme. Mis preferencias por Carmen González tienen un motivo objetivo y otro secreto. El confesable es que la hasta ahora portavoz socialista tiene madera de solista principal, le gusta la política más que comer con los dedos y le han hecho la puñeta y bien. No hay mejor incentivo en este mundo que la veganza. Cobrarse una afrenta es de las cosas más divertidas de este mundo. Si nos ponemos en las motivaciones oscuras, tengo el sueño —qué digo sueño: el objetivo— de levantarme una mañana, salir a pasear por el Realejo (república independiente) y encontrarme las paredes empapeladas con carteles con dos palabras impresas a gran tamaño: «Mamen alcaldesa» .
Cada uno se entretiene con lo que le da la gana.
Dicen los «ambrosiers» —grupo animoso donde los haya— que la hasta ahora alcaldesa de Córdoba, Isabel Ambrosio , está empeñada en que yo pague el cubalibre al que he emplazado al camarada López cuando frisemos la cincuentena y el único pelo que nos quede en el cuerpo sea el que aparece en zonas indebidas. La jefa de la oposición se ha propuesto resistir aunque los de su partido no se lo han puesto fácil. Dicen los malvados que el veto a su persona para la cosa de la Diputación ha sido tajante, absoluto. Cual vampiros ante una cabeza de ajos de Montalbán . Que saltaban como habas tostada cada vez que aparecía su nombre al grito de atrás, Satanás.
Mucha fuerza de voluntad, pero mucha mucha, hace falta para que a alguien le apeen el trato de excelentísima y quiera seguir en la cosa del trasteo. Mucha capacidad de sacrificio se necesita para seguir de pie cuando los propios te tratan como la están tratando a la criatura, en esa sesión de sado que se están marcando en el PSOE con la persona humana de la exalcaldesa. «En la vida hay amigos, conocidos, adversarios, enemigos y compañeros de partido», según el feliz hallazgo de Giulio Andreotti . Si sigue, y frustra mi sueño de un Realejo empapelado como corresponde, habrá que quitarse el sombrero y saludar respetuosamente.
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