Baltasar López - PRIMERA PLANA
Tras el milagro blanquiverde
Pasada la adrenalina épica de la salvación, el Córdoba debe trabajar con tranquilidad, mucho, bien y a medio plazos
Se podía. Claro que sí. Pero difícil era de narices. Porque salvar al Córdoba CF que llegó a estar a 14 puntos de la permanencia a falta de 15 jornadas era una tarea en la que, creo, hubiera sucumbido hasta el mismísimo Florentino Pérez de las cinco Champions. Sin embargo, Jesús León compró el club en enero y, regateando a la lógica que nos situaba en el infierno de la Segunda B , se colocó en la medular de la entidad y repartió juego con precisión. Fichó a Luis Oliver para hacer dupla en la sala de máquinas, encargándose este último de la parcela deportiva. Con dilatada experiencia en la materia, corroboramos que era un Messi de los despachos. Reforzó con acierto la plantilla, de la que se hizo cargo José Ramón Sandoval , excelente técnico y magistral motivador, que ayudó, además, a que los suyos jugaran con doce en casa. Conectó de maravilla con la grada, a la que, eso sí, León ya había devuelto al campo.
El nuevo dueño sabía que el anterior propietario, Carlos González , le había hecho una entrada criminal al cordobesismo: lo intentó desconectar de su equipo. Pero, con guiños y una acertada política de ofertas en las entradas, alineó otra vez a El Arcángel con los blanquiverdes. Tras seis años y medio, González se fue de la capital sin haber entendido que la intensa ligazón del Córdoba CF con la ciudad hace que sea más que un club de fútbol.
Él tenía como único objetivo ganar… dinero y, para eso, le molestaba la afición que no tragaba con su forma tiránica de capitanear la entidad. No contaba con que buena parte de la hinchada le iba a enseñar tarjeta roja, apoyada por integrantes de la sociedad local, como ABC que fue de los primeros en dejarle en fuera de juego mostrando su verdadera cara. Con un clima incómodo haciéndole un marcaje férreo y tras embolsarse una buena cantidad (pensó que no podría lograr una mejor oferta por un club que él dirigía a la Segunda B), González formalizó la venta a León. El resto es milagro conocido.
Después de marcarle un gol a la historia, el presidente encara la temporada 18/19 con un mensaje ilusionante: el proyecto será «ambicioso». Suena a luchar por el ascenso. Subir ya sería maravilloso, pero no creo que sea lo fundamental. Tras la demencial etapa sufrida con el anterior dueño y la adrenalina épica de salir vivos de las finales disputadas los últimos meses, es momento de actuar con tranquilidad y de trabajar mucho y bien. Mimbres, se ha visto, hay para ello. El club debe sentar las bases para que no sólo se pueda asaltar puntualmente la Primera División , sino para que a medio plazo logre consolidarse en ella. A la ciudad le vendría bien esa buena noticia deportiva, social y económica que sería tener al Córdoba CF donde se merece por su afición: en la élite.