SOLIDARIDAD
Trabajo en red entre los colectivos de Córdoba que colaboran con la fundación Emet-Arco Iris
Una decena de colaboraciones apoyan a al centro, que acoge mujeres inmigrantes con hijos o embarazdas
Emet-Arco Iris se fundó en 1983 en Córdoba . Alfonso Fernández es su presidente. Desde un primer momento se convirtieron en un colectivo a la vanguardia en la asistencia . Cuando la heroína irrumpió de forma tan letal en España , fueron los primeros en abrir un centro para tratar estas adicciones en plena Sierra Morena y con la cesión de una finca por parte de una acaudalada familia agraria cordobesa . «Incluso antes de que existiera el Plan Nacional de Drogas», recuerda ahora su directora-gerente.
Ese interés por anticiparse a los problemas es el que les llevó hace tres años a empezar a tejer alianzas y a darles vueltas a la idea de Ödos. «Desde distintas sensibilidades coincidimos en la necesidad de mantener esa unidad familiar desde un espacio donde rehacerse». El día a día de los miles de inmigrantes que llegan a Andalucía es su tránsito de apenas dos días por pabellones, centros de acogida de oenegés y ayuntamientos y de nuevo a reemprender un camino difuso. El centro de Emet-Arco Iris quiere parar esa fugacidad y asentar otro concepto.
Este ambicioso proyecto —que quiere ampliar capacidad en septiembre hasta unas 30 plazas — no sería posible, además de sin el músculo de esta entidad privada e independiente, sin la colaboración de una red estratégica de apoyos que en el último año ha crecido como la espuma.
Auditoría constante
La Universidad de Comillas fue la encargada de elaborar el protocolo de actuación con las mujeres y los críos. Este programa, realmente, es una experiencia piloto de dos años de duración que la propia institución académica jesuita está auditando constantemente. Del resultado de esa evaluación y otra externa que está llevando a cabo la Universidad de Málaga dependerá que el programa se extrapolable a otros puntos de España y a Europa . Esa es su pretendida vocación.
En ese mismo sentido, igual de importante es la colaboración del Ayuntamiento de Montilla y sus Servicios Sociales . Una trabajadora social elabora declaraciones de riesgo de los niños que puedan servir en el futuro a cualquier otro ayuntamiento donde ellos recalen. Son una especie de «alertas sociales». El listado de colaboradores en estos momentos crece a la par que las expectativas que emanan del corazón de la Campiña. Aún así, « las necesidades van surgiendo sobre la marcha , por lo que la red sigue viva», concluye esta responsable.
Noticias relacionadas