50 ANIVERSARIO

La Torre de Agrónomos, un monumento del siglo XX abandonado en Córdoba

Los arquitectos piden recuperar el edificio, abandonado en la pasada década, como una de las joyas del siglo XX

La antigua sede de la Escuela de Agrónomos de Córdoba, ya abandonada Rafael Carmona

Félix Ruiz Cardador

La Torre de Agrónomos es un edificio icónico de la Córdoba de la segunda mitad del siglo XX. Comenzó su construcción en 1963 y se inauguró en 1969. La realidad sin embargo es que su apertura tuvo lugar un año antes, en el otoño del 68, hace ahora medio siglo. Se inició en tal fecha el primer curso de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos y Forestales de Córdoba, la segunda titulación universitaria con la que contó la ciudad.

El inmueble, diseñado por el arquitecto Fernando Moreno Barberá , se adscribía a la tendencia denominada «brutalismo» , caracterizada por el uso de hormigón y el carácter monumental, y es el único de Córdoba cercano a ese estilo que fundase el mítico arquitecto francés Le Corbusier. Sobre el valor del inmueble no existen dudas, e incluso la Fundación Docomomo Ibérico , dedicada a la divulgación de la arquitectura del Movimiento Moderno, ha decidido colocar allí una placa que recuerda su singularidad.

La Escuela de Ingenieros Agrónomos, durante la etapa en que todavía tenía actividad académica Madero Cubero

Contrasta este hecho con el larguísimo olvido que padece la Torre, desalojada por la Universidad de Córdoba a mediados de la década pasada y que sigue sin uso. La propia UCO, consultada por este diario, no ha precisado en qué situación se encuentra el proceso. En su origen se rastrea el influjo de uno de los grandes cordobeses de su tiempo, el diplomático y agrónomo baenense José Ruiz Santaella , que lo promovió con el apoyo de uno de los ministros más poderosos de la dictadura franquista, el egabrense José Solís .

Francisco Daroca, exdecano del Colegio de Arquitectos de Córdoba y profesor en la Universidad de Sevilla, no duda en ensalzar la calidad del edificio y sostiene que la Torre de Agrónomos «es de lo mejor que tenemos en Córdoba en la segunda mitad del siglo XX». Recuerda al respecto que Moreno Barberá fue un «arquitecto de gran calibre», que no sólo dejó en la provincia esta obra sino también la Central Térmica de Puente Nuevo y su poblado de trabajadores.

El arquitecto Fernando Moreno Barberá, autor de la Escuela de Ingenieros Agrónomos de Córdoba ABC

Daroca explica que la sede de Agrónomos responde a un momento en el que el movimiento llamado brutalismo -nombre que parte de beton-brut, que es como se denomina al hormigón crudo en Francia- «sedujo al Estilo Internacional». La aportación de esta corriente consistía en darles un carácter monumental , llamativo, a edificios de hormigón que hasta entonces se hacían con un fin funcional. Daroca destaca la composición y cohesión de la Torre, construida como un plano rectangular sobre el que se alza el cilindro de ocho plantas, y subraya aciertos al aprovechar el desnivel del terreno o en el uso del «brion-soler», un sistema de lamas utilizado por Le Corbusier y los arquitectos brasileños y que permite utilizar el hormigón como protección solar. «El edificio es rotundo, una joya», resume el arquitecto y profesor.

Siguió en uso hasta la primera década del siglo XXI, cuando la UCO decidió trasladar la Escuela al nuevo Campus de Rabanales . La decisión no contó con el apoyo general ni del profesorado ni de los alumnos, que ya intuían una doble pérdida referida al uso del edificio y a la identidad de la escuela. A partir de entonces se convirtió en un edificio muerto, lacrado por el vandalismo y por el robo. Mientras tanto, corrían por la ciudad los rumores sobre su futuro uso.

Todas las opciones para devolver al edificio a la vida, en manos públicas o privadas, no han llegado a nada

Se planteó por ejemplo como parte del fallido hospital de Prasa y también se divulgaron conversaciones de la UCO con administraciones públicas y particulares. Se especuló con la posibilidad de que se reconvirtiese en hotel o de que se reutilizase como centro de convenciones. La Universidad tampoco ha renunciado totalmente a volver a darle uso educativo o administrativo. El edificio, explica Daroca, es « perfectamente recuperable » a pesar de los daños sufridos y la lógica es que se le vuelva a dar uso y a reintegrarlo con todos los honores en el patrimonio vivo de la ciudad.

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