FERIA TAURINA
Toros en Córdoba| Lea Vicens: «No soy una hija de papá; he trabajado mucho»
La rejoneadora francesa, licenciada en Biología, intentará triunfar en el Coso de los Califas
![La rejoneadora francesa Lea Vicens](https://s2.abcstatics.com/media/andalucia/2018/05/24/s/toros-lean-vicent-kBW--1240x698@abc.jpg)
Hace trece años, una joven francesa licenciada en Biología se topó con su destino sin apenas haber pensado antes en él. Tras conseguir desembarcar a modo de apuesta personal en la casa Peralta, Lea Vicens supo forjarse un porvenir a escondidas que acabó siete años después generando una irrupción sin precedentes en el mundo del toreo a caballo. La Feria de Córdoba , que arranca hoy con la Becerrada en honor a la Mujer Cordobesa, a la que seguirán tres festejos más, le abre sus puertas este domingo.
—¿Cuándo y cómo decidió ser rejoneadora?
—Mi trayectoria se debe a un cúmulo de circunstancias. De pequeña no soñaba con ser rejoneadora. Llegué a este mundo porque en unas vacaciones visité la finca de los Peralta. Me propusieron un trabajo para montar y domar potros. Al principio me negué y luego planteé que sería posible si existía la opción de rejonear. Me dijeron que no, porque ya lo habían intentando antes con otras personas. Me hablaron de lo difícil que era y de la presión sociológica que tendría. Pero le dije que quería intentarlo y no vieron inconveniente, finalmente.
—Y de la noche a la mañana, en siete años, emerge una figura. No creo que sea fruto de la casualidad.
—He hecho las cosas de diferente manera a cómo suceden en el mundo del toro. Primero he vivido como estudiante y luego he utilizado la cabeza para ejercer esta profesión. Podría decirse que he llegado con la cabeza madura. Ha sido una especie de estrategia donde todo ha estado pensado desde el principio. Me dijeron «tápate» hasta que estés preparada. Lo asumí y acepté. Me he hecho fuera del público y cuando he estado lista he salido.
—Usted se ha hecho su propia cuadra; tardó cuatro años en comprarse el camión para transportarla, dice mucho de cómo es.
—No soy una hija de papá. Esperé para poder comprarme mi primer potro (Gacela) y también para asumir decisiones de otro tipo. Salen muchos rejoneadores que empiezan al revés. Hay que tener la cabeza muy estructurada para no disparar los gastos. Ahora lo más difícil es ejercer de jefe de empresa. Prefiero torear un Miura en punta. (Ríe). Cada rejoneador lleva a unas quince personas detrás.
—¿Y compensa?
—Haría un paralelismo con el toreo a pie sin entrar en cantidades. Los primeros del escalafón, ganan dinero, los de rango inferior, igualan gastos y a los del escalafón inferior les cuesta mucho dinero.
—Lea Vicens ha entrado en un escalafón de hombres. ¿Se ha sentido o se siente incómoda en algún caso?
—He trabajado mucho para llegar hasta aquí. El toro no distingue de géneros. Al principio no percibía incomodidad, pero ahora sé que hay más de un compañero que se puede sentir molesto de que yo ocupe un lugar en un cartel. En el toreo, actualmente, no ha sitio para el que falla en la plaza. Lo único que vale es el lucha y el esfuerzo continuo.
—¿Dígame qué se le puede transmitir a una afición dormida como la cordobesa?
—(Piensa). Es difícil, porque para atraer a gente a los toros hay que trabajar con mucha antelación. Hay que enganchar a nuevas generaciones porque la juventud no conoce el mundo del toro. Las connotaciones que tienen de la Fiesta son un tanto arcaicas.
—Resuma cómo concibe la tauromaquia.
—Mi estilo es clásico. Intento que sea siempre puro, limpio y arrimarme al máximo. Pero sin perder una convicción propia del toreo y mirando por la vida de mis caballos. Son mi muleta y esta no debe ser enganchada. Respeto a mis caballos igual que al toro.
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