PRIMERA PLANA
Tiempo de industria
Administración y empresarios deben unirse para que el sector fabril crezca y fabrique el empleo de calidad que necesitamos

Me he tirado el último mes trabajando en el Anuario de la Economía de Córdoba , que distribuyó gratis ABC el sábado. Para elaborarlo, he manejado, con mis compañeros, c entenares de datos . Pero unos días después sólo dos siguen rebotando en mi cabeza -a ello ayuda que no me acuerde ni de lo que comí ayer-. Son éstos: sólo el 2,5% de los contratos firmados en la provincia en 2016 fueron indefinidos , pero ese porcentaje en la industria subió al 7,4% . En una tierra donde nos cuesta tanto fabricar empleo de calidad y duradero, estas dos cifras deben tatuárselas nuestros dirigentes para que las tengan siempre a flor de piel al tomar decisiones.
El eje monográfico de la citada publicación lo dedicamos precisamente al sector fabril . Uno de los reportajes consistió en que destacados representantes empresariales y expertos económicos nos forjaran un estudio de las carencias existentes para el desarrollo de nuestra industria . Esta área de actividad se ve frenada por la necesidad de que se abarate el suelo, se aumente el número de firmas exportadoras, se apueste por la innovación o se reduzcan la fiscalidad y la burocracia. La guinda de esta extensa nómina de obstáculos la pone la amarga facilidad que la capital muestra para complicarse la vida y desaprovechar las enormes posibilidades que tiene para ser un núcleo logístico .
A todas las Administraciones -especialmente a Gobierno y Junta- les corresponde engrasar su maquinaria para echarla a rodar con toda su potencia y favorecer el desarrollo industrial de la provincia . Los empresarios también deberán mejorar sus engranajes apostando más por la innovación y por las exportaciones, dos palancas que, accionadas conjuntamente, suelen fabricar el éxito. De ello quedaba constancia en el Anuario cuando Cunext, Plastienvase y la planta de ABB en la capital, firmas pertenecientes al «top ten» de las compañías cordobesas por facturación, explicaban las claves de su buena marcha.
Poderes públicos y sector privado deben sellar una alianza para que progresivamente el sector fabril gane peso en nuestra economía . Se trata de impulsar áreas de actividad como el agro donde ya somos fuertes, pero aún nos queda mucho camino por recorrer en la transformación de los productos que nos da la formidable despensa que es nuestra tierra. Va siendo tiempo de dejar de hablar de un cambio de modelo productivo . Es hora de ejecutarlo . No cabe ni una sola excusa para no hacerlo, cuando somos el territorio de España con mayor nivel de paro. No podemos permitirnos ser una provincia en la que el 46% de los contratos son de peón agrícola o camarero, empleos tan dignos como cualquier otro, pero afectados por una enorme temporalidad. Administraciones y empresarios deben unir fuerzas para que más negocios echen raíces en nuestros polígonos y que, al fin, Córdoba empiece a producir en serie ese empleo de calidad que tanto necesitamos.