Tribuna libre
'Tiempo de esperanza', por Francisco Gordón
El autor destaca qué ha hecho la Fundación Toro de Lidia por normalizar la imagen social de la Fiesta
«Esto no está muerto; Córdoba es un pueblo que duerme ». Bien pudiera resumir esta barojiana afirmación -por boca de Springer hijo en «La feria de los discretos» - el móvil que, hace un año, nos llevó a un heterogéneo grupo de la sociedad civil cordobesa a implantar en toda nuestra provincia un capítulo de la Fundación del Toro de Lidia , entidad que promueve la divulgación y defensa de la tauromaquia.
Factores de distinta naturaleza acrecentaban la indolencia en la que vivía instalado el ‘planeta taurino cordobés’, caracterizado en los últimos tiempos por una progresiva atonía que urgía corregir de algún modo. Pese a las dificultades inherentes a una crisis global que ha afectado sobremanera al sector taurino, el trabajo desarrollado en Córdoba por la Fundación del Toro de Lidia ha permitido revertir tan negativa tendencia, y bien pudiera decirse que ha comenzado la particular ‘reconquista’ de la normalización de la presencia de la tauromaquia en nuestra sociedad.
Campañas solidarias con los más necesitados durante la pandemia; la defensa jurídica de los profesionales taurinos frente a la discriminación sufrida en materia de prestaciones por desempleo; dinamización del Museo Municipal Taurino ; la promoción y defensa ante el Pleno municipal del Ayuntamiento de Córdoba del reconocimiento de la tauromaquia como patrimonio cultural de la ciudad; colaboración con la empresa gestora de la plaza de toros de Los Califas; extensión del plan «Reactiva Córdoba» al sector taurino; recuperación e identificación de espacios urbanos con significación taurina; o el desarrollo de productos turísticos con la tauromaquia como hilo conductor..., son algunos de los proyectos desarrollados en estos doce meses.
Convenio municipal
Todos ellos han tenido como corolario la suscripción de un convenio de colaboración con el Ayuntamiento de Córdoba -designando a la propia Fundación como el referente de la actividad taurina institucional- y que viene a sumarse al idéntico reconocimiento expresado por parte de la administración autonómica andaluza.
Tan relevantes avales, lejos de hacernos caer en la complacencia, nos mueven a perseverar en nuestras líneas de actuación, y no son pocos los ilusionantes proyectos que verán la luz a lo largo de este 2021, año en el que conmemoramos el trigésimo aniversario de la alternativa de Juan Serrano ‘Finito de Córdoba’ (en el mes de mayo) y el octogésimo del fallecimiento de Rafael Guerra 'Guerrita' , segundo ‘Califa del Toreo’.
Pero el objetivo último de la Fundación Toro de Lidia en Córdoba va más allá de lo ya apuntado, pues trasciende de lo estrictamente taurino. En nuestra activa militancia no nos mueve la simple defensa de la tauromaquia en el atávico y maniqueo debate toros sí o toros no, sino un compromiso inquebrantable con la libertad individual de todos los cordobeses.
La acción animalista
La imperceptible presencia del movimiento animalista en nuestra ciudad -elevada, por motivos obvios, a la más absoluta inexistencia en el global de la provincia- no debiera llevarnos a engaño respecto a su indisimulada intención de proscribir el derecho a disfrutar de nuestra cultura, tradiciones o gastronomía.
Por la incuestionable representatividad de la tauromaquia, su abolición es el primer objetivo -que no único- del subvencionado ‘lobby’ animalista , pero ya se vislumbran los primeros ataques sutiles contra actividades tan relevantes en nuestra provincia -hasta para pueblos enteros- como la caza, la pesca o la ganadería, de ahí que desde la Fundación Toro de Lidia en Cordoba abramos también nuestras puertas a los afectados por el animalismo, ese neopuritanismo censor que en pleno siglo XXI se arroga el derecho a decidir por nosotros qué debemos leer, cómo debemos vestir, qué podemos comer, y hasta cómo educar a nuestros hijos.
Altamente ilustrativa resulta la contradicción de quien añora la discutible Córdoba de las Tres Culturas a la par que aspira a imponer el totalitarismo ideológico que subyace en el pensamiento animalista.
Desde la Fundación reivindicamos la importancia cultural y empresarial de la tauromaquia en Córdoba, así como el cumplimiento del mandato constitucional de promover y tutelar el acceso a la cultura a la que todos tenemos derecho.
Decía Victorino Martín hijo -presidente actual de la Fudnación Toro de Lidia- que «la tauromaquia es el regalo cultural de España a la humanidad», y en el escote de ese regalo Córdoba asume una parte fundamental. En un ejercicio de triste elucubración quizá fuera posible imaginar una ciudad como Córdoba despojada artificiosamente de su idiosincrasia taurina, pero entonces no sería Córdoba.
(*) El autor es abogado y coordinador en Córdoba de la Fundación Toro de Lidia
Noticias relacionadas
- Victorino Martín, nuevo presidente de la Fundación del Toro de Lidia
- Chapu Apaolaza: «Los toros están jugando la batalla de la libertad»
- Fernando Gomá: «La época del silencio de los taurinos ya se ha acabado»
- Victorino Martín niega el pucherazo: «Si tan bueno es Lagartijo, el tiempo lo pondrá en su sitio»