SOLIDARIDAD

El testimonio de médicos de Córdoba que ayudan en otros países: «Es gratificante regalar tu profesión»

Cuatro profesionales hablan de su experiencia operando en países en vías de desarrollo

El periodista Raúl Montero, con un paciente ABC

María Diéguez

Tras cada médico que viaja a un país en vías de desarrollo hay una historia en la que el afortunado suele ser el profesional que se siente gratificado por ayudar.

Francisco Triviño, radiólogo

Según Francisco Triviño , las labores de cooperación internacional «realmente enganchan ». Así lo cree el responsable de la Unidad de Radiología en el Hospital Reina Sofía. Triviño estuvo dos veces en Nicaragua, una en el año 2014 y otra al ejercicio siguiente. Se aventuró gracias a la recomendación de un compañero y se fue en las «brigadas médicas» de la organización no gubernamental Quesada Solidaria , creada en Jaén.

En esa nación, el doctor se encontró con «una escasa dotación de personal» que solo se cubría con médicos extranjeros. Allí, «íbamos directamente a operar». «Es duro porque es otra realidad sanitaria » pero «es muy gratificante regalar tu profesión a cambio de nada». Eso sí, «con los pacientes tienes un resultado inmediato ya sea con un gracias o una sonrisa». Para él, ser médico significa tener una labor de ayudar a los demás, «y estos viajes son la mejor manera de hacerlo», destaca.

Francisco Triviño, a la izquierda, durante uno de sus viajes a Nicaragua ABC

No descarta volver si surge la ocasión y los factores son favorables a ello. «Cambia tu mente», dice. Triviño resume la experiencia como «una donación personal completa ». Sus viajes duraron unas tres semanas y «ese tiempo cunde mucho porque el ritmo de trabajo es altísimo». «¿Definir lo que supuso en una palabra? Gratificante », finaliza.

Ángeles Herrador, oftalmólga

La oftalmóloga Ángeles Herrador , que colabora con la oenegé Proyecto Visión , explica que «el trabajo en Etiopía es duro y casi todo el día estamos operando». Ella ya ha estado tres veces en ese país. La labor que desempeñan allí consiste fundamentalmente en realizar operaciones de cataratas . Desde las aldeas cercanas a Mekelle -en la zona norte de Etiopía- se encargan de recoger a las personas que necesitan la intervención. Entonces, las trasladan a una clínica pequeña que pertenece a las monjas de la Caridad y allí llevan a cabo la operación médica. «El equipo es escaso y el quirófano modesto », señala.

Ángeles Herradora, durante una operación ABC

Ella considera que «todos los médicos tenemos esa e spinita de ayudar ». Y por eso mismo, lo recomienda fervientemente a cualquiera que se lo esté planteando. Cuando lo piensa, Esta oftalmóloga confiesa que «desearía no tener que ir porque eso significaría que todo está cubierto y que no nos necesitan». «Esa gente no tiene otra oportunidad». «Somos privilegiados por la parte en la que nos ha tocado vivir en el mundo e ir allí es una c ura de humildad para valorar todo lo que tenemos», sentencia la médica.

Raúl Montero, pediatra

Hasta Jordania viajó Raúl Montero , pediatra especializado en cuidados intensivos. Allí «hay una realidad complicada porque hay muchos refugiados sirios y palestinos ». Gracias a programas sufragados con fondos europeos se hacen campañas que duran una o dos semanas en las que se operan hasta 30 niños. La tarea que Montero realiza allí es el postoperatorio . Después de la cirugía cardiaca -que suelen ser sencillas y en tres días, el niño ya se puede trasladar a un hospital para que reciba los cuidados mínimos- él se encarga de la atención más específica en esos días previos al traslado.

El pediatra ya tiene experiencia en cooperación porque «desde quinto de carrera ya empecé a viajar por África e India», pero, dentro de los casos que le han impactado, está el de una niña de 12 años que «llegó con una cardiopatía sencilla pero que, por no haberla operado antes, no se pudo solucionar», explica Montero. «No pudimos hacer mucho por ella». «Somos todos iguales» y el trato con los más pequeños, a pesar del idioma, es el mismo que en España: «A través de sonrisas y bromas ». «Es más complicado comunicarse con las familias», pero «algún enfermero hace de traductor, de inglés al árabe ». «El choque cultural no es tan fuerte», considera. «Al final a todos nos hace gracia lo mismo», añade.

Juan Manuel Laborda, oftalmólogo

Juan Manuel Laborda, tras operar a un niño en África ABC

Además de director médico del hospital oftalmológico La Arruzafa , Juan Manuel Laborda es presidente de su Fundación. Con ella, lleva viajando por el mundo como voluntario desde 2006. Ha prestado su ayuda en destinos como Tanzania , Madagascar o Guinea . «Es increíble ver cómo vuelven a ver , y con ello a andar o a coser en el caso de algunas mujeres». Otro casos más complejos que requieren de más especialistas son trasladados hasta aquí, hasta España. Ahora hay tres beneficiarios de este tipo de asistencia, gracias a la ayuda de la Cruz Roja . «Resolver allí algunas patologías a veces es muy complejo porque necesitamos más equipo», dice este oftalmólogo.

«Siempre nos acordamos más de los que no podemos ayudarles», considera Laborda. La solidaridad, explica, es algo que va intrínseco en la profesión de sanitario, ya sea médico, enfermero o cualquier otro puesto. «Ser médico significa querer ayudar a los demás», explica. Cada vez que vuelven de un viaje, ya están pensando en el siguiente. «Venimos cansados físicamente pero mirando el calendario para preparar la próxima expedición », relata ilusionado Laborda.

«Nos estimula», en varios sentidos según afirma el doctor. Desde el aspecto más humanitario y solidario hasta el científico porque «vemos patologías que aquí ya no se dan o no existen por costumbres culturales u otros tipos de trabajos que aquí no se desempeñan», considera.

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