Natividad Gavira - PUERTA GIRATORIA

Somos pobres

Aquí seguimos, inmóviles, esperando salir del letargo para concienciarnos de la realidad

Córdoba y Almería son las capitales de provincia más pobres de España, lo ha confirmado una consultora apoyándose en datos del INE . Pobreza que implica escasos ingresos y escaso acceso a bienes y servicios. Es seis de enero y parece que los excesos de estos días que terminan no se corresponden con la certeza estadística que refleja que más del treinta y siete por ciento de los cordobeses está en r iesgo de exclusión social , un quince por ciento más que la media española. Quién lo diría cuando, tras rendirnos al roscón de reyes, pensamos ya en las rebajas, tan necesarias para confirmar el consumo como si de una función vital se tratara. Cómo es posible que esté todo lleno de pobres y no nos hemos percatado de nada hasta que la rotundidad de estas cifras ha puesto en cuarentena cualquier alocución política o medida económica y nos han cogido por la solapa para que asumamos qué somos. Sabíamos de la débil posición de nuestra economía pero hasta ahora no estamos comprobando sobre el papel qué significa habernos quedado sin industria, sin caja de ahorro, sin un turismo estructurado y ordenado y sin atajar la economía sumergida más allá de pretextos electorales.

Nos hemos sorprendido ahítos de polvorones y de declaraciones políticas para terminar el año resumidas en su ambición por un cambio a través del debate pequeño y sectario en una provincia detenida. Para los que nos gobiernan, Córdoba es una suerte de diamante oculto que gracias a ellos y sus audaces decisiones habrá que desentrañar de lo más profundo de la tierra y no importa el número de mineros que perezcan en el tránsito, porque ésta es una especie de misión redentora que dará por buena cualquier aflicción. Ellos tienen la fórmula, pero mandato a mandato confirman y justifican su insuficiencia, no sabemos hasta cuándo. Aquí seguimos, inmóviles, esperando salir del letargo para tomar de una vez conciencia de la realidad : somos pobres y actuamos con la embriaguez de la seguridad de la paga, la flaqueza del sustento subvencionado y el dinero más o menos furtivo. Por eso no hay rebelión posible ni interrogatorio a quienes con sus acciones han conseguido sumirnos en la irrealidad y actuamos como ciudadanos normalizados en la escasez pertinaz. Seguimos rumiando nuestras grandezas mientras solo Sanlúcar de Barrameda o La Línea de la Concepción nos superan en menesterosos.

En el discurso posibilista que se adoptó durante la crisis siempre emergían tres caminos para la esperanza, el camino de la recuperación: investigación biomédica, agroalimentaria y explotación patrimonial. Tendremos que recuperarlos. Son los bastiones sobre los que soportar la idea de que a partir de ahora estos datos de pobreza no seguirán minando el futuro de los cordobeses, sometiéndonos además a la dependencia tecnológica y técnica y al éxodo de visitantes. Al menos podemos confiar en que el porvenir está a la espera de aplicar el conocimiento sobre un territorio aún por fecundar.

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