Apoyo siocial

La solidaridad hace posible un ‘verano azul’ para los niños del barrio del Guadalquivir en Córdoba

Una campaña de la Sentencia y la iglesia de Santa Luisa de Marillac llevarán a un centenar de menores de campamento

Imagen de los monitores de 'La Puerta Verde' del año pasado preparando el campamento ABC

Estrella Serna

Un romano , un catalán y un chaval de uno de los barrios más pobres de España . No es un vulgar chiste sin tacto ni gracia, es una de las situaciones que desde hace tres veranos se da cada mes de julio en la parroquia Santa Luisa de Marillac de Córdoba donde se organiza el campamento urbano ‘La puerta verde’ y que este año, desde la semana que viene va a traer a la ciudad 50 voluntarios llegados de Roma , Barcelona y de congregaciones como los jesuítas o el Opus Dei , como explica a este periódico un carismático sacerdote, el titular dicha feligresía, en pleno corazón de las manzanas donde pronto correteará un centenar de chiquillos, el padre Miguel David Pozo.

«Es digno de ver cómo jóvenes de diferentes realidades conviven durante tres semanas en el barrio y se integran con total naturalidad y están deseando venir, es más, tenemos una lista de espera enorme para ser voluntarios porque es una experiencia de voluntariado que marca», cuenta con un entusiasmo contagioso el sacerdote diocesano que, preguntado por el horario de misas del campamento responde divertido: « aquí los niños desde los 3 años a lo que vienen es a jugar , a quitarse de realidades que a nadie nos interesa , a desconectar y a divertirse como niños que son y nosotros lo que tenemos que hacer es esforzarnos para que eso ocurra».

Esfuerzo que empieza antes del próximo día 12 de julio cuando los ‘peques’ irrumpen en la parroqui a en estampida dispuestos a un verano de juegos , risas, abrazos y diversión . El próximo fin de semana , van llegando los voluntarios internacionales -medio centenar- y reciben formación sobre tratamiento de menores con conductas disruptivas , gestión de emocines, educación y ocio y tiempo libre , juegos y dinámicas de grupo, planificación y horarios de trabajo, gestión y control de emociones tanto para ellos, como para los pequeños a los que atienden.

Dos niñas participantes en la pasada edición de este campamento de verano ABC

« Todos los voluntarios vienen de ambientes cristianos y tienen experiencia en animación sociocultural en la fe , han tratado ya con menores, pero no todos han participado en campos de trabajo como Polígono Guadalquivir que tiene una población con características específicas y les ofrecemos formación constante y apoyo en todo momento para que sepan manejarse con los chavales», subraya el padre Miguel David, que en terreno, es, valga la redundancia, un auténtico todoterreno.

Obra social

La hermandad de la Sentencia ha colaborado para hacer posible la financiación económica del proyecto, según adelantó ABC. En concreto, los hermanos de la cofradía se han involucrado en la recaudación de fondos para hacer posible este verano de ocio saludable que tiene un broche final de lo más atractivo pues ‘La Puerta Verde’ culmina con una semana de vacaciones en la que podría considerarse como ‘una la playa de los cordobeses, el centro Cristo Rey de Cáritas en ‘Torrox’ (Málaga) donde los pequeños y adolescentes con sus monitores podrán relajarse siempre «respetando todas las medidas sanitarias impuestas por las autoridades por la actual pandemia del Covid19 y siendo estrictos en el uso de las mascarillas para evitar contagios», insiste Miguel David.

El programa impulsado por la parroquia lleva en marcha tres veranos y sigue la estela del trabajo pastoral que en los ochenta ya llevaran a cabo otros colectivos religiosos de Córdoba que con algunos balones y cartulinas recorrían las manzanas para entretener a los chavales dando ‘balonazos’ por las tardes para quitarlos de una realidad que aún hoy sitúa al barrio como uno de los más pobres de España según datos macroeconómicos. En este sentido, el responsable de la parroquia y del proyecto ‘La Puerta Verde’ explica que se trata de « ir más allá de un campamento urbano , queremos que los jóvenes se sientan atendidos, acogidos , que sea un espacio donde puedan estar agusto».

Niños y monitoers jugando juntos durnte la pasas edición del campamento ABC

Un oasis en la periferia de la ciudad . Porque las en las manzanas de Polígono Guadalquivir , hay niños que durante el verano sus padres no se pueden permitir llevarlos a complejos residenciales con piscinas y quizás sus abuelos no tengan casa en la playa pero, gracias al padre Miguel David, «tanto musulmanes, como evangelistas, como cristianos; no les preguntamos si después van al culto o a la mezquita a rezar, aquí pueden venir todos los niños que quieran solo tienen que tener ganas de pasárselo bien ».

Para las familias más dormilonas o que no pueden llevar a sus hijos al campamento, tienen el servicio de ‘cigüeñas’ , que recoge y lleva a los ‘peques’ a casa . No hay excusas. Solo hacen falta ganas.

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