RECONOCIMIENTO

Los Solano, una saga pastelera de Aguilar de la Frontera con más de un siglo endulzando la vida

Los descendientes de José Solano reciben el homenaje del Ayuntamiento por la «dulce» promoción del municipio

Tercera y cuarta generación de la saga pastelera Solano en el homenaje del Ayuntamiento de Aguilar de la Frontera J. P.

J. Prieto

Hablar de merengas de café , rizados o canuto s es hablar de dulces que han llevado el nombre de Aguilar a los cuatro puntos cardinales . Unos dulces que se han elaborado con primor y esmero en pastelería Solano ubicada en la calle Moralejo de la población. Una empresa con más de 106 años de antigüedad que ha sido merecedora de una Mención Honorifica otorgada por el Ayuntamiento aguilarense .

Y es que la tradición pastelera se remonta al año 1913 cuando su fundador, José Solano , montó este negocio tras contraer matrimonio con Francisca Lora . Una primera etapa que llegó hasta 1948 en plena posguerra española . 35 años que ya sirvieron para que Aguilar alcanzara fama entre los pueblos de la comarca por sus reconocidos dulces.

En 1948 se hizo cargo del negocio Juan Solano junto a su esposa, Josefina Roldán . Durante los 24 años que regentó la empresa la centró en la producción de dulces de Navidad . El obrador inició su andadura en la calle Carrera , después pasó por el Llano de las Coronadas y, finalmente en 1940, se estableció en la calle Moralejo justo enfrente del convento de las Descalzas . Allí permanece aún.

El fundador, José Solano ABC

Por allí empezó a ser habitual ver a muchos «forasteros» que recalaban en el interior del casco urbano con la única intención de buscar los dulces de Solano.

En 1972, por una repentina enfermedad coronaria de Juan Solano, tuvo que hacerse cargo de la empresa su hijo Bernardino . Precisamente él junto a su mujer, Teresa Bujalance, han sido los que más tiempo han estado al frente de la empresa. Nada más y nada menos que 46 años de manera ininterrumpida . Fue el periodo en el que más alta fama se alcanzó centrando su producción en la pastelería fina de la campiña.

En los últimos años la confitería no sólo se ha limitado a vender sus productos a pie de mostrador , sino que también los envía a todos los confines del mundo por medio de servicios de mensajería urgente .

En 2015 llegó la edad de jubilación para Bernadino Solano. Pero, con bastante antelación, se dedicó a formar de manera exquisita en el noble arte de la pastelería a la que sería ya cuarta generación sucesora de este más que afianzado negocio. Ahora es su yerno Agustín Romero y sus hijas Maite y Sonia las que están en primera línea.

Juan Solano con el aprendiz Manuel Ávila a mediados del siglo pasado ABC

Y, como siempre, se sigue apostando por la pastelería más autóctona y propia. Son habituales las bullas esperando degustar algunos de sus dulces cualquier día del año pero, sobre todo, los fines de semana. Y muy pocos se van de Aguilar sin unas de sus apreciadas cajas que saben a auténtica gloria.

Y es que hablar de Solano es hablar de Aguilar. Porque Aguilar sabe a pastelería Solano.

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