Día Mundial del Alzheimer

Los síntomas del Alzheimer se han podido adelantar un año en pacientes de Córdoba durante el confinamiento

Especialistas en Neurología aseguran que el encierro ha sido muy lesivo para las personas con este tipo de demencia, que ascienden a unas 15.000 en la provincia

D.Delgado

El confinamiento por el estado de alarma ante la pandemia de coronavirus ha sido especialmente lesivo para personas que sufren Alzheimer y otros tipos de demencias. Los especialistas han detectado una aceleración de su proceso neurodegenerativo de estos pacientes consistente en mayor deterioro cognitivo y conductual. En algunos casos, los síntomas de la enfermedad se han podido adelantar casi un año y la necesidad de tratamiento de ha duplicado para muchos cordobeses que presentan esta enfermedad, que celebra hoy su Día Mundial .

Así, según apunta el especialista en Neurología y coordinador de la Unidad de Deterioro Cognitivo y Demencias del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba (HURS), Eduardo Agüera , que destaca que durante los casi tres meses que duró el encierro ha habido un «empeoramiento claro» de los pacientes de Alzheimer. «De hecho, estamos realizando en el Imibic un estudio para determinar con claridad cómo ha afectado el confinamiento en este tipo de pacientes. Lo que hemos visto es que la enfermedad ha podido adelantarse casi un año . Han aparecido síntomas en enfermos que hasta entonces no lo habían mostrado, han empeorado muchos de los diagnosticados y la carga del cuidador ha aumentado mucho».

En la misma línea se pronuncia Juan Manuel Ceballos , neurólogo del Hospital Quirónsalud Córdoba: «Si la realidad es que para una persona joven y sin patologías previas asociadas, las medidas de aislamiento han supuesto un aumento de los niveles de ansiedad ocasionando diferentes síntomas como alteración del sueño, cefaleas, fluctuaciones anímicas etc..., me gustaría lanzar al lector la pregunta de qué es lo que está ocurriendo con muchas de aquellas personas que presentan este tipo de trastorno neurológico como es la demencia. La respuesta está clara y la vemos diariamente en las consultas, podemos observar el claro empeoramiento clínico de estos pacientes en relación al confinamiento».

El doctor Eduardo Agüera

En este sentido, añade que «esto se traduce en una mayor pérdida de memoria y una clara descompensación conductual con mayores episodios de irritabilidad, agitación y agresividad en algunos casos. Todo esto conlleva un aumento de la discapacidad y merma de su independencia».

En torno a unas 15.000 personas padecen Alzhéimer en Córdoba. Cada año, el Hospital Reina Sofía atiende más de 1.000 consultas de personas con este grupo de patologías y diagnostica 500 nuevos casos (demencias como la enfermedad de alzheimer, la vascular, o la frontotemporal).

La edad es el principal factor de riesgo para desarrollar esta enfermedad, y debido a la mayor esperanza de vida de las mujeres, actualmente su prevalencia es tres veces mayor en mujeres que en hombres. En todo caso, se prevé que el número de afectados de ambos sexos aumente considerablemente en los próximos años como consecuencia del envejecimiento de la población.

«Por encima de los 65 años, una de cada 10 personas puede tener Alzheimer; por encima de los 80, esa tasa se eleva a uno de cada tres», explica Agüera, que añade que «las primeras señales de la enfermedad aparecen de forma larvada en torno a los 55 años y los síntomas surgen a partir de los 60 ».

El neurólogo Juan Manuel Ceballos

Aunque se estén detectando casos en los que el Alzheimer la da cara antes , según el doctor Ceballos «resulta difícil establecer con certeza si en la actualidad la edad de presentación clínica de esta patología ha disminuido. Es más probable pensar que la mejora de las pruebas complementarias utilizadas en su diagnóstico junto con un perfeccionamiento de las herramientas clínicas de los distintos especialistas ha hecho posible una detección mucho más temprana».

También lo corrobora Agüera: «Sabemos es que el Alzheimer esta en muchas personas antes de que aparezcan los síntomas, y los nuevos estudios con biomarcadores permiten detectarlo incluso antes de que surjan. Es todavía una vía en investigación, pero de llegar a afianzarse tendremos seguro diagnósticos de Alzheimer en edades mucho mas jóvenes , en torno a los 50 años».

No obstante, aunque la edad constituye el primer y más importante marcador de riesgo para desarrollar Alzheimer, también influyen otros factores como la hipertensión arterial, la hipercolesterolemia, la obesidad, el sedentarismo, el tabaquismo o la diabetes. El haber sufrido traumatismos craneoencefálicos, también aumenta el riesgo de desarrollar demencia.

¿Cuáles son los síntomas que deben encender la luz de alarma? Según el neurólogo del Reina Sofía, «esta enfermedad tiene varias fases y, al principio, uno no puede notar más que unos despistes. Cuando lo percibe la familia es, para mí, el momento en el que hay que acudir al especialista».

A partir de los 55 años comienza la acumulación anómala de proteínas, como la beta amiloide , en el cerebro, que hacen que las neuronas no funcionen adecuadamente. Es la fase previa del Alzheimer. Después, comienzan los despistes leves y, a continuación, aparecen los problemas de memoria y desorientación importantes. «La evolución de la enfermedad es muy variable y no afecta a todos por igual, pero, aunque cambia, diría que pueden pasar entre 10 y 15 años entre la fase inicial y el estadio más grave», señala Agüera.

Aunque la evolución es variable, pueden pasar entre 10 y 15 años entre la fase inicial y el estadio más grave

En cuanto a los tratamientos, desde el punto de vista de la práctica clínica diaria no existen grandes novedades. «Tenemos autorizado la administración de un fármaco que saca el máximo rendimiento a la memoria , pero no estamos curando. Tenemos la esperanza en un nuevo grupo de tratamientos, actualmente en ensayo clínico, y uno de ellos en revisión por la agencia reguladora americana, que de ser aprobado, trataría el proceso que origina la enfermedad en las fases iniciales», dice Agüera.

En cualquier caso y hasta el momento, no se ha identificado la causa de la enfermedad de Alzheimer, no existe cura y los tratamientos son más efectivos en las primeras etapas. Por eso, la investigación de centra en la actualidad en la prevención y la detección precoz.

«Es fundamental complementar los fármacos ya existentes con estilos de vida saludables (dieta mediterránea, ejercicio físico, higiene del sueño, evitar tabaco, alcohol y cualquier otro tipo de tóxicos...) y una estimulación cognitiva personalizada basada en fortalecer aquellos déficits cognitivos que presentan los diferentes pacientes», indica el especialista de QuironSalud.

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