PATRIMONIO
Siesta, piscina y tiendas, la oferta turística de Córdoba para las tardes de calor
El cierre de museos y monumentos fuerza a los visitantes a aplicar las recetas tradicionales del turismo de playa
Que los museos y monumentos como el Alcázar, Baños Califales o Medina Azahara estén cerrados los lunes no es nuevo, pero la situación se agrava en el verano, cuando además echan el cerrojo todas las tardes. La mayoría de los edificios públicos aplican la jornada continua y a las tres de la tarde se despiden hasta el día siguiente, siempre que no sea lunes. Entonces, ¿qué puede hacer un turista en Córdoba cuando el calor más aprieta, en las horas centrales de la tarde? La ciudad ofrece algunas opciones, aunque no muy variadas, que pueden resumirse en tres: siesta, piscina o tiendas.
La última alternativa es la preferida por Helen, una turista irlandesa que está pasando varios días en la ciudad alojada en casa de un amigo. Esta joven hibernia asegura desconocer el cierre de museos y monumentos en las tardes de verano - «¿el Alcázar tampoco se abre?» , se sorprende en un español impecable-, pero no le preocupa ni le parece mala opción. «Tampoco me parece tan mal, porque por la tarde en julio apenas nadie sale de su hotel». «Yo lo que he hecho es ir de compras pero por esa zona de calles estrechas». La Judería, suponemos.
La opción de la castiza siesta también es recomendable, y quizás sea la más usada tanto por los aborígenes como por los forasteros. Entre estos últimos se cuentan Marián y Alberto, quienes desde una ciudad del Norte de España están pasando unos días en un pequeño hotel de la ciudad. Tan pequeño que no tiene piscina, de modo que «por la tarde nos quedamos descansando» . «Echamos de menos una piscina, pero se está bien» y hasta se atreven a decir que «no hace tanto calor», al menos en estos días.
Los hoteles aplican recetas similares para combatir el calor, pero si cuentan con piscina suele ser la primera opción para las tardes. Desde el hotel Las Casas de la Judería , en pleno corazón del casco histórico, informan de que «solemos aconsejar a nuestros clientes que no salgan a la calle durante las horas de la siesta ». Para eso disponen de una piscina a apenas unos metros de la Mezquita, además de los refrigerios que ofrece la recepción del establecimiento. Otra cosa es que luego los clientes sigan tan sensatos avisos. «Muchos prefieren pasear y ver monumentos», afirman desde este céntrico hotel, aunque sólo puedan admirarlos desde la fachada.
En el hotel NH Amistad aseguran que «nuestros clientes se suelen quedar aquí descansando y salen a la calle más tarde», cuando ya ha refrescado, «o se van a la habitación y están con el aire acondicionado », que para eso está incluido en la cuenta. Y por supuesto, «también van mucho a la piscina».
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