Agricultura

La siembra de los cereales llega a Córdoba entre la sequía y la subida de los precios del trigo

El duro cotiza en los almacenes a 475 euros la tonelada, el doble que hace un año

Campo de trigo en la provincia de Córdoba Valerio Merino

P. C.

En otoño es cuando tradicionalmente se lleva a cabo la siembra de los cereales de invierno, entre los que se encuentran el trigo, en su variedad blanda y dura, la cebada y la avena, unos cultivos con mucha tradición en la campiña de Córdoba . En esta ocasión este proceso viene determinado por la falta de lluvias que asola a la provincia desde el pasado año.

Sin embargo, estos productores se han encontrado con la buena de noticia de la subida del precio tras varios años de constantes descensos . Los informes oficiales de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía señalan un destacado encarecimiento del trigo duro en los mercados.

Este producto cotizaba en los almacenes en un valor medio de 475,56 euros por tonelada, prácticamente el doble de lo que se pagaba hace un año. En el caso del blando, la subida es más modesta al quedarse en un +31,5 por ciento, al mismo tiempo que la cebada y la avena elevaron sus precios un 44,6 y un 34,5 por ciento, respectivamente.

Cereales y Tierras del Sur (Cetisur) es una firma con instalaciones en Fernán Núñez y en Córdoba capital dedicada a prestar todo tipo de servicios al agricultor, y además están especializados en varios cultivos, como es el caso de los herbáceos .

Su consejero delegado, Alfonso Moreno , aludió como causas de esta tendencia alcista a las malas cosechas de trigo duro que se registraron el año pasado en los principales países productores, como son Canadá y todo el arco Mediterráneo .

«A esto se une que el consumo ha mantenido niveles superiores a la producción , lo que ha reducido las existencias mundiales en un 28 por ciento», agregó el directivo, quien mostró su preocupación por la tendencia de los estados a mantener sus reservas debido a la incertidumbre mundial originada por la pandemia y al cierre plantas dedicadas a la fabricación de fertilizantes por la subida de sus costes energético, lo que «puede provocar una reducción de la cosechas futura».

Menor rentabilidad

El incremento del precio ha tenido sus efectos en una subida de la superficie en unos casos y en otros no. Según los datos oficiales del Gobierno andaluz, el área del trigo duro ha avanzado en el último año más de un 5 por ciento en Córdoba hasta alcanzar las 37.908 hectáreas, mientras que el blando se ha mantenido prácticamente inalterable en 22.290.

Peor suerte han corrido la cebada, con una caída superior al 21 por ciento, y la avena, con una leve merma del 2,6 por ciento . En la última década, las explotaciones cerealistas se han ido reduciendo por la menor rentabilidad frente los cultivos leñosos, como el olivar y el almendro.

Desde Asaja se indicó que la ausencia de lluvias en las zonas de producción de cereal durante este otoño está provocando un retraso en la siembra , que tradicionalmente tienen lugar los meses de octubre, noviembre y diciembre. Según la patronal agraria, esto está ocasionando una gran preocupación entre los agricultores , quienes «han tenido que iniciar la siembra en seco, una situación nada deseable por el riesgo de que a posteriori se produzcan problemas de nascencia y se pierda la semilla».

Fuentes de Asaja destacaron que a esta situación se le añaden nuevas dificultades derivadas de la fuerte subida de costes que están registrando ciertos insumos, como los abonos, semillas, fitosanitarios y el gasóleo , que se encuentran disparados y subiendo progresivamente.

Asaja alerta de que la falta de lluvias ha restrasado la siembra y creará problemas que provocarán pérdidas de semillas

De hecho, si se comparan los gastos de esta campaña con respecto a la situación de hace un año , el coste del gasóleo se ha incrementado en un 53 por ciento, pasando de 0,56 euros el litro a 0,86 euros. Por otro lado, el precio de la semilla ha pasado de 0,33 euros por kilo a 0,41 euros, es decir un 25,7 por ciento más.

«Pero, sin lugar a dudas, el gasto en abonos es el que más se ha incrementado, un 105% respecto al año anterior, pasando de 380 euros por tonelada a 780 euros», según remarcó la organización profesional.

En este sentido, insistieron en que «desde Asaja creemos necesario que se articulen medidas excepcionales y con carácter urgente tanto para poner freno y contener la repercusión de costes en el sector agrario, como para paliar los efectos de la falta de lluvias en los diferentes cultivos».

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