Francisco J. Poyato - PRETÉRITO IMPERFECTO
Del «seny» al «deliri»
El viejo mantra de la cordura, el supuesto pegamento socioecómico a España, ha volado en mil pedazos
![Del «seny» al «deliri»](https://s2.abcstatics.com/media/andalucia/2017/10/08/s/badell-cordoba-banco-kOF--1240x698@abc.jpg)
El empresariado catalán emula a Bach : tocata y fuga. Destreza y estridencia. Del silencio a los hechos sin pasar por las palabras. Pragmatismo precavido vale por dos . La «república independiente» tiene un precio, faltaría más. Pero en este caso no parece que la factura vaya girada al mismo remitente de las últimas décadas. Al « tragabuches » del Estado que somos todos. Y aunque muchos pensemos aún que en el fondo de esta cuestión reside el mismo chantaje monetario de siempre -salvo que la algarada golpista de la CUP que manda en la calle y en los despachos termine su escalada en el disparate arrastrando a las pantomimas de JxSí y PdCat-, el primer cobro se va a realizar en especie a quienes han propiciado esta suprema falacia y alteración del orden constitucional. Sabadell, Caixabank, Gas Natural, Amichi, Catalana Occidente, Seat, Freixenet, Codorniu ... Elecciones y paso atrás.
La lista de sociedades va engordando por minutos en un mismo patrón. Los planes de evacuación llevaban tiempo redactados en un cajón lacrado que se ha roto por sí mismo en pleno seísmo político. El abandono por las grandes firmas de sus sedes sociales, las que pagan impuestos, fijan territorio y recursos humanos, soportan la confianza del inversor externo y las mediciones de riesgo, es la primera señal clara de que este golpe tiene efecto «boomerang». ¿« Patria » o dinero? ¿«Seny» o «deliri»...? ¿ Globalidad o caos ...? La segunda señal es la calle. La respuesta de esos catalanes silenciosos por miedo, prudencia o conveniencia que parecen haber roto en una semana las cadenas invisibles que les han agarrotado durante años su libertad de expresión . Su posición en la sociedad catalana, en la ingenua componenda de que nunca llegaríamos al borde del precipicio. Y tanto en estas calles catalanas por las que hoy van a manifestarse miles y miles de personas en defensa de la unidad con España, como en las miles de avenidas o plazas del resto del país donde se ha plantado la vergüenza de manera firme -con las sabidas excepciones- frente a esta tropelía no dejan de estar los clientes de todas esas empresas que venden coches, ropa, cosméticos, alimentos, seguros, detergentes, bebidas espirituosas o dinero... Y si hay algo miedoso en este mundo, es el dinero.
El viejo mantra del «seny» (cordura) catalán ha volado en mil pedazos dejando como «hereu» (primogénito heredero en las familias catalanas) al «deliri» (delirio) supremo. Ese «seny» parecía ser hasta ahora el pegamento socioeconómico de Cataluña a España en todas estas décadas de democracia . A veces alumbrado desde la jerarquía convergente, a veces manipulado para seguir haciendo caja y números a cuenta del sentimiento y la pertenencia. El «seny» dormía en las mesitas de noche de la burguesía catalana , iba a misa todos los domingos, viajaba por España como modelo respetado y se escondía en el forraje de la masía los domingos para dar rienda suelta al nacionalismo mientras se escuchaba el partido del Barça . Pero el «seny» se quedó en la puerta de las escuelas, donde empezó a impartirse el «deliri» que fue comiéndole terreno sin freno hasta la mismísima salita de estar donde ya ha comenzado la grieta irreparable.
La soberbia económica manifestada por Puigdemont y compañía en su argumentario independentista, la cantinela despreciable hacia el resto de España y su sopa «boba» y ladrona, se han desvanecido en unas horas. El tejido económico no entiende de sentimentalismos espurios, sí de progreso, y la banda secesionista ha quedado aún más acorralada: judicial, política y económicamente..., a la espera de un dique social que también va fraguándose. Y es que la pela, resultó ser, al final, la pela.