Opinión

Semana Santa sin calles

Los templos siguen abiertos con las restricciones lógicas

Multitud de personas en la calle esperan la salida del Cristo del Amor en 2019 Rafael Carmona
Juan José Primo Jurado

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Hoy es Domingo de Ramos , pero esa no es la noticia. La noticia es que no habrá procesiones . Pero ni hoy ni en toda la Semana Santa. Ni en Córdoba , ni en Sevilla, ni en Málaga, ni en Valladolid, ni en Murcia, ni en toda España , por culpa de la maldita epidemia del maldito virus . Algo así no ocurría desde los años 30, cuando otro tipo de virus, el del enfrentamiento fratricida, se iba contagiando hasta desencadenar la tragedia.

Hoy, a las 10 de la mañana, las puertas de San Lorenzo no se abrirán para que la Entrada Triunfal se ponga en las calles cordobesas con su caravana multicolor de pequeños hebreos. Los nazarenos de las Penas con la cruz de la orden de Santiago no recorrerán el barrio de la Ajerquía. La Esperanza no saldrá de San Andrés y no es escuchará a su magnífica banda. El Señor de la Oración en el Huerto se quedará en San Francisco. El Cristo del Amor no cruzará el puente romano. Y el Rescatado , grandeza excelsa, acusación muda, atadas sus manos como alas de palomas, no podrá recibir el testimonio de la honda devoción que Córdoba le profesa.

Antonio Gil acuñó en sus escritos una excelente idea sobre la Semana Santa : « Córdoba vive su Semana Santa al ritmo de tres compases que configuran creencias y vivencias en una hermosa sinfonía de fe: la liturgia de la Iglesia, el espíritu cofradiero y el calor popular. O lo que es lo mismo: la Semana Santa de los templos , la Semana Santa de la calle y la Semana Santa del corazón». Está claro que este año nos hemos quedado sin la Semana Santa de las calles. Pero puestos a ser optimistas, no está mal haber perdido solo una. Porque los templos, con las consabidas restricciones de aforo, siguen abiertos como signo de esperanza y en nuestros corazones la devoción y el cariño a nuestras imágenes preferidas permanecen intactos.

Incluso se puede afirmar que la Semana Santa de las calles se ha mutado por una Semana Santa virtual en las redes sociales . Nunca en la historia ha existido un confinamiento con tantas comodidades y posibilidades de comunicación desde nuestras casas como ahora. Las hermandades y los cofrades inundan estos días de bellos testimonios, hermosas imágenes y espléndidos mensajes nuestros teléfonos y ordenadores. Y si en las calles nos emocionábamos ante tallas de gran devoción, hoy las podemos identificar los creyentes, que contemplamos cada día las noticias, con las víctimas de la pandemia , con sus familiares y con los que luchan en primera línea contra el virus .

Viviremos esta Semana Santa especial , entre el miedo y la inquietud, con la sensación de nuestra limitación, pero también con la esperanza de que salgamos de ella mejores. Como diría Benedetti : «Cuando la tormenta pase / y se amansen los caminos / y seamos sobrevivientes / de un naufragio colectivo. / Cuando la tormenta pase, / te pido Dios, apenado, / que nos devuelvas mejores, / como nos habías soñado».

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