«En la Selectividad no se habla más que de la huelga de Aucorsa»

Esperar el autobús en Córdoba es un acto de fe. Las miradas de los potenciales viajeros se pierden, entre la angustia y la desesperación, en el punto de fuga de la avenida de las Ollerías cuando el día acaba de despuntar. El reloj marca poco más de las siete de la mañana y la calles están recién puestas. Los autobuses no. O no todos. «A este paso no llego a mi hora a picar», se queja un hombre de unos cuarenta años junto a la cafetería de la cadena Salazar. A unos metros está la parada de taxis, con tres o cuatro turismos disponibles. «¿Adónde va usted? Se lo pregunto por si quiere que cojamos uno a medias», le propone una mujer a la chica con la que comparte asiento en la parada. «Sí, es lo mejor. Porque mi autobús no llega», le responde.

Es el segundo día de paros parciales de Aucorsa y cuesta ver uno de sus vehículos por las avenidas de la ciudad. De las cocheras han salido cuarenta, quince más que durante la primera jornada de protesta, que fue el lunes, porque los servicios mínimos son ahora más generosos para garantizar el traslado de los estudiantes al Campus de Rabanales, donde se celebran las pruebas de acceso a la Universidad.

María del Mar Losada es una de las aspirantes a pasar los exámenes que le den el pasaporte para la educación superior. «Quiero ser ingeniera agrónoma y dedicarme a investigar los cultivos de cereales», declara en la avenida de Barcelona, impaciente ante la tardanza del servicio de transporte público. «Los problemas para llegar a Rabanales son la comidilla de esta Selectividad. La gente no habla de otra cosa entre prueba y prueba. Que si el tren iba hasta arriba porque también hubo ayer huelga, que si el autobús de Aucorsa no pasó...».

Acaban las tres horas de queja de los empleados municipales y hay quien no se entera de qué va la cosa. «¿Huelga de Aucorsa? Primera noticia. Pero algún motivo tendrán los trabajadores. Y alguna culpa de lo que pasa tendrá el Ayuntamiento», defiende un jubilado en una parada de Claudio Marcelo cuando pasan solo unos minutos de las nueve. Entonces, la protesta es ya parte del pasado.