RENDIMIENTO

Lo que las segundas partes se llevó en el Córdoba

El equipo ha cedido cinco puntos entre el 46 y 90 o la prolongación de los partidos

Los jugadores del Huesca celebran el gol del empate en El Arcángel VALERIO MERINO

JAVIER GÓMEZ

Al Córdoba no le sientan bien las segundas partes. Es un problema que se ha convertido en costumbre, especialmente en las últimas citas del campeonato, aunque ha sido una constante a lo largo de la Liga Adelante. El síntoma comenzó en las primeras jornadas de Liga, se mantuvo por el camino y se ha agudizado en las últimas semanas.

De momento, el Córdoba ha perdido en bruto cinco puntos en las segundas partes de cada partido. Una cifra negativa fruto de la diferencia del resultado que tenía al descanso y el que, finalmente, se produjo a la conclusión del encuentro. En este sentido, el CCF se ha dejado puntos por el camino entre la primera y la segunda parte en los duelos ante el Alcorcón en El Arcángel (tercera jornada), frente al Deportivo Alavés en Mendizorroza (décima jornada) y contra el Albacete Balompié en el Carlos Belmonte (duodécima jornada). Uno frente a los madrileños y manchegos, y tres frente a los vascos.

Sin embargo, también ha sido capaz de pescar algún extra en las segundas partes. En este caso, ganó dos ante el Real Valladolid (primera jornada) y otro par frente al Lugo (octava jornada). Cuatro puntos de recuperación. Por tanto, el CCF , en términos netos, sólo habría cedido un punto.

Eso sí, las sensaciones, más allá de los resultados, dejan un panorama más preocupante del que reflejan los frías cifras. De hecho, el descenso en el rendimiento del Córdoba ha sido patente en muchos partidos, además de aquellos tres en los que estrictamente perdió botín.

Es el caso de los encuentros, por ejemplo, frente al Zaragoza, la Ponferradina, Bilbao Athletic, Numancia y también en el último partido contra el Huesca . En primer lugar, es muy evidente que la plantilla realiza un repliegue intensivo cuando se ve por delante en el marcador. Todos los encuentros citados sirven de ejemplo. A priori, todo es una mezcla de decisión técnica y de los jugadores, pero también puede tener una motivación psicológica para no perder aquello que ya tiene en la mano.

Pero, el debate va más allá. Hay quienes consideran que también puede deberse a una cuestión física. El equipo pierde fuelle y lo acusa al final de los partidos. Pero, el trabajo del preparador físico, Chema Sanz, está fuera de toda duda en la plantilla, el club y en un amplio sector del entorno.

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