Economía

El sector hotelero prevé una ocupación del 30 por ciento durante los meses de verano en Córdoba

Solo los negocios rurales con piscina se libran de la caída de visitantes

Una turista pasa el Puente Romano, ayer Valerio Merino

P. Cruz

Dentro de la crisis económica general provocada por la crisis sanitaria del Covid-19 , uno de los sectores productivos que más se ha visto afectado por el confinamiento ha sido el turístico. En Córdoba el daño ha sido incluso mayor por el hecho de que el estado de alarma ha coincidido con la temporada alta de esta actividad, incluyendo el Mayo Festivo con las fiestas de las cruces y los patios y la Feria de Nuestra Señora de la Salud.

El verano no se presenta mucho mejor para los establecimientos hoteleros y hosteleros de la capital a pesar de que el pasado 21 de junio se puso fin a las limitaciones, ya que son pocos los alojamientos que han abierto sus puertas en estas fechas. En todo este panorama oscuro hay una luz al final del túnel. Se trata del turismo rural, cuyas características son este momento las más demandadas por los visitantes para pasar sus vacaciones estivales.

Es cierto que tradicionalmente el verano no ha sido una época fuerte para el turismo local, aunque en los últimos años ha ido ganando más espacio. En julio y agosto del año pasado, vinieron a Córdoba un total de 151.321 viajeros , una cifra que supone un aumento del 49 por ciento en relación a los datos correspondientes a 2009, una década antes. La ocupación hotelera media en julio se colocó en el 52,2 por ciento, mientras que en agosto fue del 65,7 por ciento. En ambos casos esta ratio en el fin de semana subía a 61,7 y 71 por ciento, respectivamente. Este año, según las reservas realizadas hasta el momento, la llegada de turistas se quedará muy lejos de esos dígitos.

El presidente de la Asociación de Empresarios de Hospedaje de Córdoba (Aehcor) , Alejandro Navarro, indicó a ABC que es «complicado» hacer previsiones a más de dos semanas vista debido a la inseguridad existente entre la población como consecuencia de las continuas noticias sobre rebrotes en España. Este colectivo considera temporada baja a los meses veraniegos al presentar una ocupación media de entre el 50 y el 60 por ciento.

Sin embargo, las previsiones para este año son especialmente negativas , ya que, según sus estudios, apenas se llegará hasta el 30 por ciento en relación a los hoteles que están abiertos en este momento. Desde esta patronal se aseguró que sólo un tercio de los establecimientos de la capital se encuentra actualmente operativo debido a la incertidumbre existente. «Desde que se levantó el estado de alarma todas las semanas hay un goteo de nuevas aperturas que continuarán, aunque con menos intensidad, este verano», manifestó Navarro, quien apuntó que uno de esos alojamientos que retomará próximamente su actividad será el Ayre Hotel, del que es director.

Este directivo señaló que la bajada de la demanda del segmento de sol y playa también perjudicará a Córdoba por el hecho de que «muchas personas del Norte de España que viajaban a la Costa del Sol para pasar sus vacaciones solían parar en nuestra ciudad un día o dos». Lo que sí tienen claro estos empresarios es que la llegada de extranjeros hasta nuestras calles será sensiblemente inferior, algo que incide en unos menores ingresos ya que el gasto medio diario de los visitantes foráneos suele ser mayor.

El representante de Aehcor resaltó que el menor ritmo de reservas está haciendo descender los precios hasta un 15 por ciento en relación al pasado ejercicio. «Esto pone en serias dificultades a muchos establecimientos que tienen que hacer frente a costes fijos», añadió Navarro. El máximo responsable de esta agrupación empresarial señaló que ya ha habido algún negocio que ha cerrado definitivamente sus puertas, aunque eso se compensa con los nuevos proyectos hoteleros que siguen adelante en Córdoba.

Según afirmó, los alojamientos turísticos de la ciudad han perdido el 90 por ciento de sus ventas en el acumulado desde enero a junio. A su juicio, «hasta 2022 no recuperaremos los niveles de actividad y de llegada de turistas que teníamos en 2019, de modo que nos enfrentamos a una situación de depresión muy importante que intentaremos solventar como podamos».

Turistas frente al río Valerio Merino

Por su parte, su homólogo en Hostecor , Francisco de la Torre, mantiene unas estimaciones muy similares para el ámbito hostelero para un verano que, según su punto de vista, será «negro». Según los cálculos de esta asociación, la facturación de estos establecimientos se ha reducido este año en torno a un 60 por ciento por el efecto directo de la parálisis provocada por el coronavirus.

Este dirigente subrayó que hay determinadas zonas de la ciudad se están viendo especialmente afectadas. Una de ellas es el Casco Histórico , con una caída de los ingresos de sus bares y restaurantes que llega a un 80 por ciento, según esta patronal, como consecuencia de la ausencia de turistas. De la Torre aseveró que otro emplazamiento con especiales dificultades para salir adelante es el centro de la ciudad, con enclaves concretos como son el bulevar y la avenida de Gran Capitán. «El fomento del teletrabajo durante el estado de alarma por parte de las administraciones y de algunas empresas privadas origina que muchos funcionarios y trabajadores de sectores como la banca no acudan a los establecimientos hosteleros para consumir, algo que nos está haciendo mucho daño», aseguró.

Fin del confinamiento

Desde Hostecor, se informó de que en el momento que se puso fin al confinamiento abrió sus puertas una quinta parte de todos los negocios hosteleros, una cifra que ha ido en aumento con el paso de las semanas y el relajamiento de las limitaciones de aforo de los locales y sus terrazas hasta llegar a un 80 por ciento a día de hoy. Estos empleadores tienen sus esperanzas puestas en otoño cuando suelen proliferar las comidas y celebraciones por parte de familias y empresas, aunque todo dependerá de los posibles rebrotes que puedan ocurrir hasta entonces.

«La situación es crítica, ya que desde CECO hemos estado valorando la posibilidad de poner en marcha paquetes turísticos con precios más bajos para hacer nuestra oferta más atractiva de cara al cliente, pero finalmente no hemos podido llevarlos a cabo porque no podemos permitirnos reducir las tarifas teniendo en cuenta que nuestros costes se mantienen inalterables», explicó De la Torre.

En todo este escenario tan poco halagüeño, se erige un sector turístico, como es el rural, que está viviendo uno de sus mejores momentos de los últimos años, como puso de manifiesto el presidente de la Asociación Empresarial de Turismo de Córdoba (Emcotur), Antonio Ramos. «El sector de las casas rurales se está viendo beneficiado de la mayor demanda de turismo de cercanía que está solicitando la sociedad como consecuencia del Covid-19», destacó.

Reservas completas

El que fuera gerente del Patronato Provincial de Turismo durante más de una década declaró que la oferta de naturaleza «está viviendo un auténtico boom este verano con un importante dinamismo como muestra el hecho de que prácticamente el 100% de las plazas de alojamientos rurales existentes en Córdoba con piscina están reservadas para julio y agosto». Esta organización tiene contabilizadas un total de 280 casas rurales que cuentan con unas 2.850 plazas, a las que se suman otras 2.000 camas de 300 viviendas turísticas en el ámbito natural.

Ramos también se refirió a otro tipo de alojamiento con un gran tirón en estas fechas en la provincia. Se trata de hoteles pequeños que disponen de piscina, algunos de los cuales está situados en los municipios de Iznájar, Villanueva del Rey o La Rambla , pero a los que sus clientes se les está solicitando la posibilidad de cancelar la reserva hasta última hora por el temor a que el virus vuelva a extenderse entre la población.

El perfil de los viajeros tanto en el caso de las casas rurales como de los hoteles, según este experto conocedor del sector turístico, «son familias que este año apuestan por esta oferta en lugar del sol y la playa con el fin de pasar sus vacaciones con más tranquilidad». Sevilla, Jaén y Madrid son los orígenes más habituales de estos visitantes y ya en mayo empezaron a recibirse muchas reservas para el ciclo estival.

El máximo representante de Emcotur subrayó que la realidad es muy diferente en los hoteles de mayor tamaño donde la ocupación media apenas alcanza un 20 por ciento. «Con estas cifras muchos de establecimientos no van a abrir por ahora , mucho menos cuando el Gobierno ha aprobado la ampliación de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) hasta el 30 de septiembre», sentenció.

Costes directos

Ramos es también socio de la consultora Adeitur, que elaboró un informe para el Gobierno andaluz en marzo sobre el impacto de la crisis sanitaria sobre el turismo. En aquel momento calculaba en el caso de Córdoba unas pérdidas de 72 millones de euros . Ramos indicó que esa cantidad ya se ha quedado corta, de forma que estima que en 2020 se puede llegar a los 150 millones de euros de merma de ingresos para esta actividad en el conjunto de la provincia.

A partir de este análisis de la realidad, los empresarios tienen claras sus peticiones a las administraciones para mitigar el impacto negativo del Covid-19. Por un lado, reclaman una mayor promoción del destino, incidiendo, según defendió De la Torre, en la gastronomía y en nuestro patrimonio, «que es lo que nos diferencia del resto». En este campo, desde Emcotur abogan por una mayor participación del sector privado. Otras solicitudes tienen que ver con rebajas de impuestos, como es el caso de la reducción del IVA para aquellos negocios que hayan estado en un ERTE. Por parte de Aehcor se insta a que «se anteponga la recuperación del sector turístico como un pilar fundamental de la economía».

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