Rafael González - La cera que arde
De San Rafael
Que cada cual celebre la fiesta como le parezca oportuno
HOY no estoy de perol como mandan los cánones porque hace tiempo que el campo me parece un lugar incómodo . Y peligroso . Puede ocurrir que estés asando sardinas, preparando la panceta, cortando el pimiento, y se te clave el manillar de un ser humano haciendo «mountain bike» con su casco y todo. El campo era un lugar tranquilo hasta que los ejecutivos de cuentas decidieron soltar la adrenalina vestidos con mallas y cámara portátil. Como mucho podía picarte una garrapata, darte un susto una avutarda o un cuñado cargado de mollate. A hora el campo es zona deportiva y de riesgo , y los muchachos que dirigen los designios de vidas y haciendas de la nueva economía de mercado sueltan todo su espíritu depredador sobre dos ruedas en plena Trassierra, La Palomera o las antiguas canteras del Asland. Es por ello que mi perol de San Rafael se traslada desde hace años a un sofá con palomitas y Juego de Tronos , y un par de latas. O al bar del barrio con los niños, la abuela yla morena, que constituyen un núcleo familiar reducido, contemporáneo y urbanita, condición definitiva esta última que hace que opte por la modalidad de perol sin perol, libertario y a mi manera.
Bien es cierto que no está consensuado con la comisión vecinal de peroles y tradiciones . De hecho, soy consciente que esta confesión pública puede convertirme en incluso de la lista de vecinos desafectos con la democracia popular y el movimiento vecinal de la Córdoba Libre . La Córdoba Libre es la que desde hace muchos años dice cosas desde comisiones paritarias, plataformas solidarias y movimiento participativo. El movimiento participativo es aquél que participa de subvenciones y se reúne por distritos, barrios, asociaciones, asambleas y comisiones. Vigilan asuntos como el cambio climático, la educación no sexista, el correcto uso del Género y la Génera, la solidaridad con Cuba, la liberación de Palestina, el chapapote, la guerra de Irak, el no es no de Pedro Sánchez y los ensayos de grupos de rock en el Rey Heredia. Gente preocupada por su ciudad, claro. Por eso cuando otros convecinos deciden por votación , en libertad, siendo mayores de edad y habiendo pagado sus correspondientes impuestos en un país libre, cambiar una carrera oficial , por ejemplo, los representantes de la Córdoba Libre , que no suelen procesionar ni rezar a santos, ponen el grito en el cielo o donde sea que pongan el grito laicista los comisionados de la ciudad participativa, ya que como todos sabemos, y en Cuba también, la democracia es lo que las asambleas digan y no las urnas. «¿Puede un semanasantero ser rockero?» le preguntaba Quintero al gran Silvio. «Sí, porque hay que tener rock’nroll hasta para llevar un paso», le contestaba Silvio. Quiere decirse que en esta vida se puede ser de todo y ejercerlo en libertad, con respeto.
Yo no soy semanasantero ni voy de perol en San Rafael. Y ahora que venga la policía de lo correcto, los vecinos a los que no veo exigiendo que se cumplan los proyectos en Córdoba, y que me coloquen en su lista de insumisos . Y que no me inviten a su perol solidario contra la nueva Carrera Oficial, que no acudiré encantado de ser yo mismo.