Cultura
'La ruta infinita', de la palabra desnuda a las ilustraciones de la novela gráfica
Pilar Pascual lleva al cómic la historia de José Calvo Poyato, con guion adaptado por el escritor egabrense
El libro con el que muchos han vivido una aventura que les ha cautivado y otros han aprendido la historia de una gesta de alcance mundial impulsada por España hace cinco siglos empieza con el ritual prolijo y exacto de una descripción: «Las carabelas entraban en el estuario con las velas desplegadas. Lucían, imponentes, sobre el sucio y amarillento blanco enormes cruces patadas. Eran las que identificaban los barcos de la casa de Avis, la dinastía reinante en Portugal . Aquellas cruces de color rojo, que en otro tiempo ostentaron los templarios, eran las que llevaban en sus velas los barcos portugueses, cuyos marinos estaban escribiendo páginas gloriosas para la historia de su país y de la humanidad».
La escena de los barcos que entran en el puerto de Lisboa se extiende algunas páginas más y con ella empezaba el historiador, escritor y articulista de ABC José Calvo Poyato su novela de más éxito: ‘La ruta infinita’ , el relato de la aventura de la primera vuelta al mundo.
La versión que ahora llega a las librerías resuelve la descripción de la primera escena en apenas una página y con la contundencia de una imagen aérea en que las gaviotas sobrevuelan la llegada de los barcos por el Océano Atlántico, y en la siguiente muestra sin apenas palabras al inquieto Fernando de Magallanes añorando hacerse otra vez a la mar por las calles de una ciudad que destruiría un terremoto más de dos siglos después.
‘La ruta infinita’ ha dado el salto de la palabra desnuda a la que se combina con imágenes : cómic o tebeo para su autor, José Calvo Poyato, y novela gráfica para Harper Collins , la editorial que ahora presenta esta nueva versión del libro con la aventura de Magallanes y Juan Sebastián Elcano .
La ilustradora Pilar Pascual Echalecu se encargó de los dibujos de la acción y los personajes y el propio José Calvo Poyato realizó el guion para llevar su novela a un marco distinto en que las descripciones estaban a cargo de los colores y de las formas.
«Pilar Pascual ha hecho un dibujo muy clásico , en que el realismo se impone sobre otras consideraciones», resume el escritor egabrense, que el verano pasado comenzó con un trabajo que le llevó a tener que planear la obra « viñeta por viñeta » con la ilustradora. «El trabajo me obligaba a suprimir lo descriptivo, porque para eso estaba el dibujo. Pilar Pascual me preguntaba si era de día o de noche, si la escena que había que mostrar era interior o exterior», cuenta.
Como toda experiencia nueva, tuvo algo de aprendizaje , porque en la novela gráfica o en el cómic el ritmo tiene que ser mucho más rápido. «Las escenas no pueden repetirse. Por ejemplo, yo puedo extenderme varias páginas en la conversación que tienen dos de los personajes en una taberna, pero eso con las imágenes no se puede hacer», relata el autor.
Se confiesa «como un niño con zapatos nuevos» con este proyecto que le permitió volver a sentirse como el lector que había sido de cómics en su infancia y juventud, cuando se divertía con los álbums del Capitán Trueno y el Jabato y de los libros de la colección ‘Historias’ de la editorial Bruguera que mostraban una misma historia con el texto original y con imágenes narrativas.
Comenzó el trabajo el pasado verano y había que definir el contenido de cada viñeta para lograr contar la historia al completo y hacerlo compatible con el dinamismo de necesario. Ha sido un trabajo distinto, como confiesa el autor de obras como ‘El sueño de Hipatia’ o ‘La orden negra’, pero la preparación de la obra le sirvió para evitar las descripciones, que tenían que correr a cuenta de los lápices y de los colores de Pilar Pascual, para centrarse en las palabras, necesariamente en diálogos más escuetos , y en la acción de lo que sucede.
El escritor ha cuidado también los diálogos y la ilustradora ha imaginado a los personajes, de los que ni siquiera quería conocer el aspecto. Con el trabajo de ambos, los lectores podrán acercarse a escenas llenas de acción , como aquella en que se narra cómo son los efectos de una tormenta , con el miedo de los marineros y la determinación de Juan Sebastián Elcano para conseguir salir de ella.
Una ilustración vertical del mar totalmente plano por el que avanzan cinco naves bajo un sol sin asomo de nubes en el cielo resume en muy poco espacio que la tripulación consiguió salvar aquel apuro y continuar buscando una ruta por el oeste hacia las Islas de las Especias .
A lo largo de las 126 páginas y de las más de 700 viñetas hay muchas escenas emocionantes que culminan en 1522 con la llegada a Sevilla de los marineros que sobrevivieron a una travesía de tres años por mares en gran parte desconocidos. No todo es épica y heroísmo , porque la novela gráfica, aunque no se detenga, como insiste José Calvo Poyato, en expresiones soeces ni en violencia gratuita, también tiene que contar cosas menos agradables, como los motines que terminaron con la muerte de algunos de los marineros , con la lucha en que murió Magallanes o la forma en que evitaron que unos indígeneas robaran un esquife.
Cuando un escritor redacta una novela y cuando un lector se enfrenta a ella es inevitable que uno y otro se construyan en la cabeza imágenes de lo que se describe . Por eso la pregunta tiene que ser si esta versión gráfica de ‘La ruta infinita’ tiene que ver con lo que había imaginado el autor cuando la publicó hace tres años. «Sí, sí se parece. Pilar Pascual ha sido capaz de llevar al papel lo que yo me había imaginado al escribir la obra», resume.
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