EL ESTILITA

Ruinas

Pedro Sánchez y Carmen Calvo, si hace un año nadie daba un euro por ambos ahora están los dos en la cresta de la ola

Carmen Calvo junto a Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados ABC
Javier Tafur

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En Córdoba tenemos dos ruinas de plena actualidad: Medina Azahara y Carmen Calvo . Las dos son de pareja trayectoria discontinua en el favor político. Aparecen y desaparecen a capricho de los azares socialistas. Medina fue preterida por los dólmenes antequeranos y Carmen por Rosa Aguilar , que ya es preterir en ambos casos. Pero los dólmenes tienen una vetustez incomparable y Rosa había sido comunista. La antigüedad es un grado y la ideología otro.

Tal vez por esta circunstancia la señora Calvo, que siempre se supo pija, con casa grande, y tan rebelde como Jeanette, por los mismos años setenta, haya querido, a la vejez viruelas, adelantar a todo el mundo por la izquierda, cuando ya no se le acercaban por la derecha ni el personal de servicio. La vida se abre camino y Pedro, resucitado, que no tenía tres marías, sino una sola Carmen, le ha posibilitado a la propia una nueva vida.

Desde este punto de vista hay que admirarla. Si hace un año nadie daba un euro por ambos, ahora están los dos en la cresta de la ola. Durarán lo que tarden en convocar elecciones. Si las convocan, que los golpes de estado parecen que salen gratis en Europa. Y no porque la derecha sea capaz de ganarlas, sino porque su propio partido no tendrá estómago para votarlos. No es que sean malos, es que son absurdos. Pedro intenta recrear el mundo de Zapatero , aquel que le dio una mayoría absoluta a Rajoy , lo cual en sí mismo era, además de un milagro sociológico, la constatación definitiva de que la izquierda solo servía para arruinar al país.

Y Carmen procura ser De la Vega, más mona y con el Vogue aprobado sin examinarse, ya que había hecho un dudoso máster con Agatha Ruiz de la Prada . Es curioso, pero María Teresa parece ahora diez años más joven que cuando era vicepresidenta. Acaso Carmen también haya descubierto en este trance político un insospechado efecto revitalizante.

Aún no hemos observado los resultados últimos, pero confiemos en que serán espectaculares el día en que retorne a la Universidad de Córdoba, donde es doctora y profesora, quizá principal, como se decía en su época de la señorita Pepis. Aunque supongo que la UCO no estará especialmente orgullosa de la miembra. Bueno está con ser una universidad pública del montón, pero ser también el alma máter de una ametralladora de disparates debe sonrojar incluso a un rector tan de vuelta de todo como Villamandos.

Medina Azahara no tiene accesos, pero a ella vamos por buen camino porque, según esa pandilla de piratas que constituye la Unesco, es patrimonio de la humanidad. Nos han hecho un vídeo de lo que supuestamente fue, que algunos desearíamos no haber visto, para no perder la ensoñación que Antonio Gala , en pleno franquismo, nos procuró. A Carmen la queremos por ser de Cabra , pueblo maravilloso que debe al latín todo lo que ella del latín ignora. Son dos ruinas profundamente cordobesas e irredentas. El tiempo ha pasado para ambas. Ninguna es recuperable. Yo imagino para Medina Azahara un parque temático donde las familias hagan puzles con los atauriques y para Carmen Calvo, largo se lo fío, un epitafio que diga: «Ni si, ni no, sino todo lo contrario».

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