Coronavirus Córdoba

El riñón del día de San Rafael

El Reina Sofía mantiene su actividad trasplantadora con 185 injertos en el último año marcado por la pandemia: ésta es la historia de una mujer operada el 24 de octubre de 2020

María Dolores Molina Robles, en San Basilio VALERIO MERINO
Rafael Aguilar

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MARÍA Dolores Molina Robles tuvo que dejar de trabajar hace tres años, cuando tenía 44, porque su problema renal congénito ya empezaba a impedirle llevar una vida normal. Vecina del Alcázar Viejo y profesora interina de Física y Química , confía en que su trasplante de riñón, practicado el pasado otoño, le permita volver más pronto que tarde a la actividad laboral. Ella tiene tres hijos y cinco hermanos, de los que dos padecen su misma enfermedad y una de las cuales ha necesitado también un injerto del órgano vital.

«Aunque nazcas con ella como fue mi caso, mi enfermedad se manifiesta habitualmente en personas de en personas de sesenta o setenta años, pero en mi caso ha dado la cara antes. La patología te la detectan a partir de los 18 años con una prueba sencilla que determina si existen quistes en el riñón, y en mi caso también los tengo en el hígado », explica la vecina de la calle San Basilio. «Haces una vida normal durante años hasta que empieza a haber fallos. Hace unos años entré en el servicio de Nefrología y prediálisis para recibir un tratamiento sustitutivo a los riñones cuando dejan de funcionar: desde hace tres recibo diálisis peritonial», indica.

«Estuve once días ingresada tras la operación, aislada en una planta»

El teléfono de María Dolores sonó en la madrugada del 24 de octubre de 2020, en plena pandemia, y horas antes de que la ciudad en la que vive se dispusiera a celebrar la festividad de su Custodio más triste en décadas. Era el Hospital Reina Sofía de Córdoba : había un órgano para ella. «Todos los días doy gracias por este regalo del trasplante, a la persona y a la familia que permitieron que me pudieran injertar este órgano, que me permite volver a tener una vida más o menos normalizada».

«A pesar de los trasplantes la actividad en trasplantes ha sido espectacular, increíble, y eso es gracias a los donantes, a sus familias y a los profesionales», comenta la mujer.

Así lo avalan los datos oficiales del centro sanitario cordobés de referencia. El Hospital Universitario Reina Sofía hace un balance satisfactorio del programa de donación y el trasplante de órganos y tejidos de 2020, un año de especial complejidad marcado por la pandemia por coronavirus. Los 185 trasplantes de órganos que se llevaron a cabo el pasado año —frente a los 217 del ejercicio anterior— han permitido llegar a 5.016 trasplantes de los diferentes órganos a lo largo de los 42 años de vida de este programa. En total, se han efectuado en todo este tiempo 1.882 trasplantes de riñón, 1.490 hepáticos, 711 de corazón , 692 pulmonares , 241 de páncreas y 3.424 de tejidos (1.463 de córneas y 1.961 de médula ósea).

El descenso de injertos por la pandemia no ha sido radical: en 2019 hubo 217

La generosidad de sociedad cordobesa ha motivado que 1.112 familias hayan dicho sí a la donación desde el inicio. Los 185 implantes de órganos de 2020 representan el 27% de todos los realizados en Andalucía —uno de cada cuatro—. Concretamente, fueron 69 trasplantes renales, 46 hepáticos, 14 de corazón, 7 de páncreas, 49 pulmonares (la mitad bipulmonar) y 131 de tejidos (69 córneas y 62 de médula ósea). Además, se registraron 30 donaciones de familias generosas que con su aceptación han dado vida la muchos pacientes.

Y todo ha sido en circunstancias difíciles. Como las que experimentó María Dolores. «Tras el trasplante estuve once días ingresada, aislada totalmente porque somos personas inmunodeprimidas: los pasé sin visitas, sin familia, sin acompañantes. Mi familia, yo les decía ‘mis ángeles’, eran entonces las personas que te humanizan en esas circunstancias».

Una vez en casa, la paciente llevó las medidas de distancia social a rajatabla con sus tres hijos. «Llevo siempre doble mascarilla y no salgo nada más que lo suficiente», explica la mujer, que se ha integrado en un programa de discapacitados de la ONCE .

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