Historia
La riada histórica en Puente Genil | Cuando el río se tragó el Barrio Bajo
El 16 de febrero de 1963 el río Genil asestó un duro golpe a los vecinos anegando viviendas y destruyendo fábricas
El 16 de febrero de 1963 Puente Genil vivió un día histórico y no en el buen sentido de la expresión. La villa pontana sufrió la mayor riada de su historia (hubo otras dos importantes en 1917 y 1949) que desbordó el cauce del río. La situación fue tremendamente caótica durante varios días que duraron las lluvias torrenciales.
Se vivieron momentos de pánico y se vieron imágenes angustiosas de gente asomada a los balcones esperando ser rescatada y calles y fábricas arrasadas por la virulencia del agua, una fuerza sobrenatural que arrasó todo lo que encontró a su paso. También se constatan momentos de generosidad y de heroicidad de algunos vecinos que pudieron rescatar a otros que habían quedado atrapados al otro lado del puente del Río Genil .
Para hacernos una idea de lo que pasó aquel día, en números, el caudal del Río Genil alcanzó los 2.000 metros cúbicos , diez veces más de los 200 habituales de todos los inviernos, situación que provocó el aislamiento de los ciudadanos que vivían en el barrio de Miragenil , el que más se vio afectado por la riada con cortes de suministro eléctrico entre las consecuencias derivadas de la misma.
Los datos de aquellos días negros en Puente Genil fueron devastadores con casi 50 millones de pesetas en pérdidas y más de 300 casas que se vieron afectadas. Otras de las anécdotas que se recuerdan fue lo que se sucedió en el Puente Hierro, otra de las construcciones afectadas ya que tuvo un importante movimiento en sus cimientos. Gracias a un vecino de la aldea de El Palomar, “El Púa”, consiguió avisar a la estación de trenes de Puente Genil para evitar que el tren correo Madrid-Málaga-Algeciras descarrilara con más de 200 pasajeros.
Traslado a la zona alta
Tras tres días infernales, llegó el momento de valorar los daños, además de los económicos puesto que más de medio millar de pontanos se quedaron sin hogar e incluso el general Francisco Franco giró visita a Puente Genil para comprobar in situ los daños producidos por esta inundación que supuso la ruina económica y social para la localidad ya que se cerraron multitud de fábricas para siempre y gran parte del Barrio Bajo quedó abandonado durante décadas hasta que el boom de la construcción puso en valor algunos terrenos y solares que habían carecido de interés.
También se llevó a cabo la construcción del pantano de Iznájar para evitar riadas regulando el caudal del río y para asegurar el suministro de agua y producir energía eléctrica. Desde aquel suceso, que dejó al barrio muy afectado, los vecinos se fueron desplazando hacia la zona alta de la ciudad quedándose la barriada como un espació fantasma y despoblado que poco a poco ha ido recobrando vida.