DESDE MI RINCÓN
Resultados o excusas
De la empatía de la alcaldesa depende que colabore el gobierno de España o los empresarios para el alumbrado de Navidad
Es propio de dictadores y nacionalismos excluyentes mirar la historia a través de un cristal monocolor. Digo esto para comentar la campaña realizada para recordar aquel 4-D del año 1977, cuando los andaluces exigimos las mismas competencias que las comunidades autónomas históricas. Nos considerábamos capaces de gestionar nuestro futuro. En aquellas manifestaciones y en el espíritu de quienes participamos no había otra exigencia que no fuese esa.
El mensaje que se ha dado en su recuerdo no ha sido correcto. El hecho de que el encargo se haya dado a una empresa no andaluza ha sido un error. O la institución autonómica ha considerado a las empresas andaluzas incapaces de planificar una campaña en redes sociales o se ha querido ocultar la gestión que de ese autogobierno se ha hecho. ¡Buen debate esto último! Como el autogobierno que conseguimos no sólo estaba referido a la Comunidad Autónoma sino que fue asumido igualmente por los ayuntamientos democráticos, ¡hablemos de nuestro Ayuntamiento!
Cuarenta años de autogobierno y seguimos a la cola de todo aquello que cualquier ciudadano que ame a Córdoba aspira a encabezar. Es cierto que en muchas cosas estamos mejor. Pero todos los ayuntamientos han avanzado. Nosotros también lo hemos hecho, pero más lentos que los demás. De eso somos culpables todos los ciudadanos de Córdoba. No podemos aceptar que unos políticos incapaces culpen al pasado, al gobierno o a los empresarios de semejante atraso. Son ellos los que no dan la talla para asumir la responsabilidad que conlleva el autogobierno. No se puede decir, como dice la alcaldesa Ambrosio, que la culpa de la parálisis del Ayuntamiento la tiene el gobierno de España o que la pobreza de la iluminación navideña es culpa de los empresarios.
Ella es la máxima autoridad política de la ciudad y ella es responsable de cuanto acontece. De su empatía depende la colaboración que pueda alcanzar con el gobierno de España, con los empresarios y, a fin de cuentas, con todos y cada uno de los ciudadanos de Córdoba. ¡Esa es la realidad! Lo demás son monsergas que a nadie convencen. Ella es la responsable de conectar con los ciudadanos. De no hacerlo, pierde el mayor potencial que Córdoba tiene. Que olvide esa manía que últimamente se ha puesto de moda de mirar la historia de manera parcial e interesada. Lo digo, entre otras cosas, por los cambios arbitrarios en el callejero. Eso divide a los ciudadanos y consecuentemente merma la fuerza que ella debe disponer para hacer avanzar adecuadamente a Córdoba. Menos excusas señora Ambrosio y más decisión para identificarse y compartir los sentimientos de «todos» los ciudadanos de Córdoba.
En la entrada del Ayuntamiento debería figurar este lema: «Puedes tener resultados o puedes tener excusas, pero nunca ambos».
