PATRIMONIO

La restauración de la maqsura y el mihrab de la Mezquita-Catedral de Córdoba, un proyecto reposado

Arqueólogos y arquitectos no se plantean recuperar el color de las cúpulas laterales

Una de las cúpulas laterales de la maqsura de la Mezquita-Catedral de Córdoba Roldán Serrano
Luis Miranda

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A medio y largo plazo, con mucho consenso y con decisiones que previamente conozca la comunidad científica . La pregunta sobre el momento en que se van a restaurar el mihrab y la maqsura , dos de las zonas emblemáticas de la Mezquita-Catedral de Córdoba , se hace desde hace años, pero la respuesta más aproximada a la realidad es que habrá que seguir esperando para procesar los datos, integrarlos y tomar las decisiones adecuadas. Y cuando se presente el proyecto, que no tome a nadie sorprendido, porque los interesados ya sabrán las líneas generales. Todo para preservar lo mejor posible uno de los espacios más admirados del monumento.

Centró la última de las Jornadas de Arquitectura y Arqueología que organiza el Foro Osio del Cabildo Catedral, y donde se analizó esta construcción desde muchos punto de vista y en todos sus detalles. Sobre ello habló Sebastián Herrero , uno de los arquitectos conservadores del monumento, que en su conferencia partió de una idea concreta: las restauraciones de la Mezquita-Catedral, en los siglos XIX y XX, son «una etapa más en la historia del edificio, que se puede analizar con rigor y determinar los criterios científicos». Una de estas actuaciones es la que descubrió el mihrab, cuando Pedro Antonio de Trevilla , obispo en las primeras décadas del siglo XIX, ordenó retirar la capilla de San Pedro y permitió que se volviera a ver esta zona.

Cúpula central de la maqsura de la Mezquita-Catedral de Córdoba Roldán Serrano

«Los criterios científicos eran acordes al contexto disciplinar de España y de Europa. Ahora se han podido cruzar datos y se ha hecho una lectura transversal , para identificar algunas incógnitas sobre las diferentes capas históricas desde finales del siglo XVIII hasta hoy», aseguró. El sentido de este encuentro era precisamente «comunicar a la comunidad científica los resultados, no del todo concluyentes, de los estudios previos de los últimos cinco años». La clave está precisamente en su carácter no concluyente, lo que provoca que sea conveniente «que la comunidad científica ayude a intentar cerrar todas las etapas que siguen abiertas, los interrogantes que todavía no tienen respuesta».

«La comunidad científica ayudará a intentar responder los interrogantes que todavía no tienen respuesta», según el arquitecto Sebastián Herrero

Por eso Sebastián Herrero insistió en que queda « bastante tiempo » para la restauración. «Hay que ser muy riguroso y muy prudente. Estamos en el final de la primera etapa , que son estos estudios previos, con un equipo multidisciplinar muy amplio, pero primero tenemos que presentar estos estudios previos ante la Administración y luego presentar el proyecto de restauración , que para su redacción llevará un tiempo», afirmó.

«Importa más conservar lo que era que recuperar cómo fuera», dice el arqueólogo Raimundo Ortiz

Entre los aspectos que más llaman la atención es la aparición de restos de pintura y pan de oro en las cúpulas laterales, que serían la evidencia de que tenían una ornamentación parecida a la central. ¿Sería posible reponerlo? Sebastián Herrero reconoció que fue «uno de los grandes hallazgos» y destacó que eran pinturas «con todo lujo de detalles, incluso con dorados». Sin embargo, el plantear su restauración o que vuelva al estado original «es dudoso , sobre todo teniendo en cuenta la normativa y el estado de la restauración como disciplina arquitectónica». Sugerente es, reconoce, y hoy hay «muchos recursos técnicos y tecnológicos para poder conocer en origen ese espacio sin dar marcha atrás a los criterios de restauración».

El arqueólogo Raimundo Ortiz, que participó en las jornadas Roldán Serrano

Sobre ello habló también el arqueólogo Raimundo Ortiz , que intervino en las jornadas para explicar parte de los resultados de los estudios que se han realizado en el espacio. Recordó que es «una decoración muy profusa, en tonos rojos, azules y láminas de oro». Las laterales se verían como se ve hoy la central. Tampoco se mostró partidario de recuperar el aspecto anterior , y eso después de muchos análisis . «Podría ser susceptible, pero habría que estudiarlo muy detenidamente y hacerlo con mucho cuidado, porque ya no estamos en momentos de recuperar los elementos a un estado original, las tendencias van ahora tan encaminadas en ese sentido». Sí se podría recuperar «de alguna forma, sino directamente, de modo virtual ». Es decir, no recuperar la pintura como tal, sino hacerla visible.

Y eso porque queda muy poco, apenas la evidencia, en unas pinturas con unos mil años de antigüedad y el consiguiente deterioro. «Lo que queda son algunas manchas, con las que hemos intentado reconstruir los motivos», afirmó. Habría que rehacerlas y eso no es lo que pretenden hoy los arquitectos, arqueólogos y restauradores. «Importa más conservar lo que queda que poder recuperar cómo era », según Raimundo Ortiz. No en vano, recordó cómo hay zonas con un estado de conservación «más delicado».

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