Pasar el rato
Los rellenos del poder
La alcaldesa de Córdoba descalifica lo que no le gusta ver publicado
![La alcaldesa, en un acto en Gran Vía Parque](https://s3.abcstatics.com/media/andalucia/2018/03/27/s/alcaldesa-cordoba-granvia-kNx--1240x698@abc-kqSG--1240x698@abc.jpg)
Todo poder, no importa su tamaño, tiende a hacerse absoluto. Y si no lo consigue, es por falta de capacidad, no de voluntad. Todo poder, desde el absoluto hasta el relativo, es una repetición de sí mismo. Entre Julio César y un vigilante de seguridad no hay diferencia de concepto, sino de ejercicio. Todo poder lleva en su entraña la tendencia a perjudicar. Por eso, la democracia pretende ser la domesticación del poder. Aunque se ha convertido en una gran coartada para conseguirlo y mantenerlo. Eso tiene que ver con la transformación del pueblo en una comunidad de espectadores, que mira con embobamiento las estampitas de colores de la televisión. Es el culto a los «personajes cero» , seres insignificantes que no tienen nada que aportarnos y que muchos medios de comunicación nos proponen como arquetipos. Un mito es un tonto reiterado. ¿ Puigdemont ? De esto, aunque no exactamente así, ya ha escrito uno en otras ocasiones. Pero como éste es un artículo de relleno, de relleno municipal, hay licencia para insistir.
El Ayuntamiento de Córdoba tiene un plan para restringir la circulación de vehículos por Ronda de los Tejares . Así dijo la semana pasada a los periodistas el concejal de Movilidad. Y así lo publicó este periódico. Desde que Charles P. Scott , que fuera director del «Manchester Guardian», acuñó el aforismo en 1921, todos los periodistas saben que «los hechos son sagrados, los comentarios son libres». Con independencia de que esta norma de comportamiento profesional se observe con más o menos rigor en todos los medios, la información que publicó ABC de Córdoba es un hecho. Cierto y contrastado.
A la alcaldesa no le gustó el hecho. Y como no podía impedir que hubiera sucedido, compensó el exceso verbal de su colaborador anunciando que dejaba el plan para otro momento. Y aprovechó para dar a los periodistas un pellizco de alcaldesa: « Ustedes tienen la necesidad de poner titulares y de rellenar ». Lo que pretendía pasar por una crítica seria, no es más que una idea vulgar, manoseada, expresada sin ingenio y sin gracia. Cuando los periódicos publican grandes e innecesarias fotografías de la alcaldesa, y reproducen expresiones de menos nivel intelectual que la publicidad de supermercado, entonces no estamos ante relleno y titulares, sino que se trata de la mostración de la genialidad en su envoltura mortal. El pueblo nunca se cansa de tanta maravilla.
Y si de rellenar hablamos, a uno le parece que buena parte de la labor de su excelencia es puro relleno. Dedicar meses y afanes a cambiar el nombre de algunas calles de la ciudad es un relleno ideológico del tiempo de gobierno. Contratar a Federico Mayor Zaragoza , un hombre especialmente dotado para el camelo y el resentimiento, para que le quite la Mezquita-Catedral a la Iglesia , lo mismo, pero con minuta de honorarios por perder el tiempo. Desterrar al Cristo de marfil que estaba en una discreta vitrina del Ayuntamiento y mandarlo a un museo, cuando nadie lo había acusado de perjudicar los intereses de la ciudad, es otro relleno ideológico del tiempo de gobierno municipal. Por ahí seguido se llega a los reiterados desprecios a la Iglesia católica, sus ritos y sus organizaciones.
Gobernar, hoy, es llamar la atención. Lo que queda al final no es la obra bien hecha, sino la propaganda bien hecha. Pero pasar a la historia únicamente por llamar la atención resulta muy caro. Nerón necesitó incendiar Roma. El gran Rodríguez Zapatero casi se carga España. Afortunadamente, se fue antes de poder conseguirlo del todo. Ahora lo intenta con Venezuela.
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