LA MIRILLA
Reinar y gobernar
A Ambrosio, en realidad, lo que le gustaría es ser alcaldesa sin gobernar ni lidiar problemas

A Isabel Ambrosio en realidad lo que le gustaría es ser alcaldesa sin gobernar. Una especie de Reina de Progreso o presidenta de la República de Barrios Participativos de Córdoba con horario y dedicarse a dar charlas-mantra sobre conceptos huecos en un tono como quien lee la redacción de un niño de siete años el Día de la Paz que celebran todos los colegios. Todo muy zen y gaseoso.
Durante el pasado mandato ha intentado por todos los medios somatizar esa idea de política-ficción . Ha tenido algunas coartadas como el club de las Ciudades Patrimonio de la Humanidad , una especie de peña de amigos del turismo oficial que viajan por todas partes a escote... público. A veces te toca hacerlo con Pedro García al lado.
O la impagable estrategia de las comisiones para aplacar problemas y no resolverlos. No pudo acabar Magisterio pero se doctoró en estos menesteres de fontanería política , de ahí el muestrario y el alarde: más de veinte sin efecto alguno. Mención «cum fraude» la de Federico Mayor Zaragoza y la Mezquita-Catedral . Si por ella hubiera sido posible, habría licitado un concurso para externalizar la Alcaldía (contrato menor, para adjudicarlo a dedo) y que alguien lidiara con los verdaderos problemas diarios de la ciudad y con su equipo de gobierno, que le ha salido un poco rana, como ella misma nos reveló en una entrevista. Su lista ahora es «chic».
Por todo ello, en su programa electoral hay indicios de esta nueva filosofía municipalista . Página 7, apartado segundo, punto uno: «Crear el puesto de CEO de transformación digital, destinado exclusivamente a la transformación digital de la ciudad». Para qué un concejal elegido por el pueblo habiendo tan buenos ejecutivos por ahí. Y ya puestos, porque no un CEO que gobierne la ciudad... y hasta la transforme analógicamente, que es por donde aún anda Córdoba. Siento no profundizar más en el programa, pero es que al leer este fragmento, ya me entró la risa floja y no pude continuar: «Queremos convertir la Gerencia Municipal de Urbanismo en un motor para el desarrollo económico de la ciudad». Dispensen.