Medio Ambiente

El regadío de Córdoba crece un 20% en un lustro y exige ya más agua

Asaja asegura que en el ámbito rural «sólo los riegos son competitivos»

Infraestructura de riego de la comunidad de regantes del Genil-Cabra ABC

Pablo Cruz

Unas mayores producciones y, en consecuencia, una mayor rentabilidad , junto a una menor dependencia de los periodos de sequía, son los motivos principales del crecimiento del regadío en Córdoba, aunque su nivel de expansión es de los más bajos de la comunidad autónoma de Andalucía. Este hecho provocó que en mayo de 2017 se pusiese en marcha la Mesa del Regadío por parte de la Junta de Andalucía, las organizaciones agrarias Asaja, UPA y COAG y las cooperativas agroalimentarias. Este foro demanda a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) que a la provincia se le aporte 228 hectómetros cúbicos más de agua en base a que es el territorio que más líquido elemento embalsa de la cuenca (casi un 50 por ciento) y a sus bajos niveles de plantaciones con riego.

El crecimiento de este tipo de explotaciones ha sido muy importante en los últimos años. Según los datos oficiales del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación contenidos en la Encuesta sobre Superficies y Rendimientos de los Cultivos (Esyrce) correspondiente al año agrícola de 2017, el número de hectáreas con dotaciones de agua en Córdoba ascendía a 124.973. Son 21.414 más que cinco años atrás , lo que en términos relativos supone un incremento del 20,6 por ciento.

Se trata de una subida muy destacada teniendo en cuenta que triplica la contabilizada en el conjunto de la comunidad autónoma (+6%) y del país (+5,8%) en este periodo. Cobra especial protagonismo en este caso el olivar, ya que en este lustro ha sumado 12.358 hectáreas nuevas de regadío , o lo que es lo mismo, un 21 por ciento más de superficie.

No obstante, el peso del riego en la provincia sigue siendo muy bajo respecto al resto de Andalucía. El área con plantaciones de esta tipología sólo representa un 18,3 por ciento de las 670.736 hectáreas de tierras de cultivo que había en Córdoba el pasado ejercicio. Esta ratio es sensiblemente inferior a la correspondiente a la región (29,3%) y del país (21,5%). Resulta más llamativo el hecho de que C órdoba es el segundo territorio andaluz con menos regadío , sólo por detrás de Cádiz, que se queda con un 15 por ciento de representatividad de estas explotaciones. Los primeros puestos son para las explotaciones ubicadas en las provincias Jaén (47,7%), Sevilla (34,2%) y Huelva (27,6%), con dígitos muy superiores a las de Córdoba.

El lamento de Asaja

Con todos estos datos, hace unos días el presidente de Asaja en Córdoba, Ignacio Fernández de Mesa , remitió una carta a la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera , y al ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas , para que se incluyeran las demandas de más riego de los agricultores y ganaderos de la provincia en los acuerdos que se adopten dentro del Pacto Nacional del Agua . «La realidad actual empobrece nuestras zonas rurales debido a la penosa situación de los cultivos de secano, lo que provoca que sólo los riegos sean competitivos», subrayó el dirigente en la misiva.

En la patronal agraria entienden que hay dotaciones suficientes para cambiar este contexto . Esta organización afirmó que, según datos de la propia Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, en Córdoba se han dejado de usar desde los años 90 del pasado siglo o no se han asignado dotaciones previstas en el Plan Hidrológico Nacional unos 228 hectómetros cúbicos , mientras que otras provincias han incrementado sus regadíos desde esas fechas. Asaja defiende que esa cantidad de agua, que procedía de las zonas regables del Guadalmellato, Guadajoz y Genil-Cabra , entre otras, serviría para poner en riego unas 150.000 hectáreas de olivar suplementarias, conllevando con ello creación de riqueza y de empleo en la provincia.

Este colectivo profesional también lamentó que « se ponen todo tipo de trabas a la construcción de balsas y microembalses por la falta de coordinación entre la CHG y el Gobierno andaluz, además de que se limita el uso de aguas regeneradas o nuevas concesiones de aguas subterráneas y legalizaciones de pozos». En Asaja también demandaron la finalización de la zona regable del Genil-Cabra y la reactivación de las ayudas para modernizar los riegos con toma directa del Guadalquivir.

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