JOSÉ LUQUE VELASCO - DESDE MI RINCÓN
Reflexión del día después
La democracia no es votar cada cuatro años, sino la participación activa de los ciudadanos todos los días de la legislatura
Escribo esta columna, casi como un juego y a la espera de un resultado que la contraste, el día en el que reflexionamos sobre la opción política a elegir entre aquellas que se presentan para gobernar España. Creo que una mayoría de ciudadanos tenemos muchas dudas a la hora de votar. No sólo a quien votar sino si sería más conveniente votar en blanco o abstenernos . No encontramos en los líderes que piden nuestra confianza, esa mínima seguridad a la que tenemos derecho cuando de lo que se trata es de delegar nuestra soberanía para un largo periodo. Han sido demasiadas mentiras las que nos hemos encontrado en anteriores legislaturas. Demasiada distancia la que se toman respecto de los ciudadanos cuando se ven con nuestra representación. Son muchas las razones que encontramos para volverles la espalda y que aprendan a ser diferentes de una vez por todas. Quienes no estén dispuestos a cambiar, no deberían ir en esas listas cerradas que nos presentan. Pero no participando no conseguimos nada. Aunque no lo merezcan es preferible, por última vez, votar a la opción que consideremos más cercana a nuestra manera de pensar y a nuestros intereses. Garantizándoles, eso sí, cómo van a ser nuestras exigencias para con ellos a lo largo de la legislatura.
Asegurémosles que el día después de las elecciones, vamos a ser muy rigurosos con el partido por el que hemos optado, estén en el gobierno o en la oposición. Les exigiremos que cumplan o exijan cumplir aquello que han prometido. Reclamaremos aquellas otras cosas que por nuestras creencias o estilo de vida aspiramos a obtener. Hay que pedir a los políticos elegidos que sean humildes . Que en todo momento pongan su vida al servicio de los demás. Que su vida diaria y sus comportamientos sean eminentemente prácticos. ¡Menos palabras y más hechos! Que sean humanos. Que no se alejen de aquellos que representan. Que no cambien sus hábitos de vida. Que no guarden el salir a la calle, hablar y repartir abrazos sólo para las fechas de campaña. Que si alcanzan la responsabilidad de gobernar, reconozcan la importancia que tiene la oposición. Que la informen de todo y de manera puntual, atendiendo sus reclamaciones y propuestas.
Si son oposición, que sepan reconocer las cosas bien hechas por el gobierno de turno ¡Algunas harán bien! Que defiendan sin complejos aquello que nos dijeron creer. Resumiría diciendo que sus actuaciones no dividan o enfrenten a los ciudadanos sino que los aglutinen e ilusionen. A las personas del partido que nos represente, les pediría que no se les suba el cargo a la cabeza, para evitar, entre otras cosas, que el cargo aplaste su cabeza.
La democracia no es votar cada cuatro años. Es la participación activa de los ciudadanos , todos y cada uno de los días de la legislatura. Votemos convencidos de que nuestra soberanía no se entrega, sólo se delega.