TOROS

Reaparición con Puerta Grande para Diego Ventura en Cabra

Junto al hispano-luso, que cortó cuatro orejas, Rui Fernandes completó también una buena tarde con dos apéndices

Rui Fernandes y Diego Ventura, a hombros en el coso egabrense JAVIER JIMÉNEZ

M. Z.

Tras muchos rumores , dimes y diretes, sobre la asistencia de Diego Ventura a la mixta en Cabra , a las seis en punto de la tarde y tras un pequeño chaparrón -pues hasta el agua pareciera querer saber el desenlace de las habladurías-, el hispano-luso hizo su esperada reaparición realizando el paseíllo junto a Rui Fernandes en el centenario coso egabrense, que registró media entrada. Puerta grande para los dos jinetes . Se cayó del cartel Andrés romero por una intervención quirúrgica. Toros de Soto de la Fuente.

Abrió la tarde un toro que, aunque bien presentado y con rasgos de nobleza, también evidenció andar muy justito de fuerzas. Rui Fernandes , cargado de ganas y entrega, sabe sacarle el poco juego que tiene y de no haber fallado en el rejón de muerte, sin duda, habría obtenido mayores trofeos. Tras una fuerte petición de oreja desatendida, el portugués se lleva la ovación del público qué le hace salir a saludar.

En su segundo, el jinete se encuentra con un oponente de buena presentación y más movimiento que su anterior ejemplar, que también permite una lídia más animada y una mejor faena, más amena gracias a la conjunción de ritmo del morlaco y entrega del portugués. Aunque falla en el rejón de muerte, es premiado con una oreja y ovación en el arrastre. Ya en su tercero (quinto de la tarde), pese a la buena salida, pronto se viene abajo el toro y lo que «parecía» simplemente no fue. Pese a todo, el portugués no decae y se entrega a la faena arrancando una oreja a tan anodido ejemplar.

Diego Ventura firmó en su reaparición una extraordinaria faena con un gran ejemplar de Soto De la Fuente , de buen juego, sobretodo en el tercio de banderillas. Remató la faena con una certera y gran estocada, siendo premiado con dos orejas y ovación al astado en su arrastre. Lluvia en toda su lidia.

En su segundo se encuentra Ventura con un oponente escaso de fuerzas y distraído, un animal que se ausenta de la lídia y se desentiende del caballo casi de forma continua, probablemente el peor ejemplar. Esto, unido al fallo en el rejón de muerte, dejan Ventura con una ovación cómo trofeo.

Ya en el cierraplaza, sale un noble ejemplar al que el luso sabe tratar y guiar con una espectacular lídia, faena que ha llegado a su momento cumbre cuando en banderillas, a lomos de Dólar, le quita el bocado desatando una auténtica apoteosis en los tendidos. Dos orejas a la raza y coraje de Ventura y ovación al toro en su arrastre.

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