Contramiradas
Raúl Alonso, poeta de Córdoba: «La pandemia es una metáfora de la incomunicación»
El autor de «La plaga» reflexiona sobre la crisis planetaria y confía en que genere una renovación
![Raúl Merino](https://s2.abcstatics.com/media/andalucia/2020/04/19/s/raul-alonso-cordoba-k85C--1248x698@abc.jpg)
Y a todo esto , ¿qué dicen los poetas? ¿Tienen respuestas para el desastre? ¿Y bálsamo para el dolor? ¿Ven más allá del cataclismo que se abre bajo nuestros pies? Raúl Alonso, Premio Ricardo Molina en 2003 y director de la editorial Cántico, observa el planeta en ebullición desde su refugio entre carrascos y alcornoques en las afueras de Villaviciosa . Al otro lado del teléfono, su voz resuena calmosa y meditabunta. Lo cual, en estos tiempos de naufragio, ya es un alivio para el espíritu.
¿Tiene versos para la pandemia?
Por la poesía , me siento muy familiarizado con este escenario. De hecho, mi primer libro de poemas fue una distopía : «La plaga». Cuenta una especie de final apocalíptico de la sociedad. Lo que está pasando puede ser una metáfora de un montón de cosas.
¿Por ejemplo?
Por ejemplo, de la incomunicación en la que vivimos. Hemos tenido la ilusión de ser personas muy bien comunicadas, pero después de la reclusión que estamos pasando me he dado cuenta de que no era tan diferente lo que había antes y lo de ahora. Existe una pandemia de exceso de significación, de significados posmodernos, de opiniones, de informaciones, de sesgos. Hay muchas cosas que nos mantienen en un estado de soledad perpetua.
O sea, que vivimos en el interior de una pandemia.
Metafóricamente hablando , la posmodernidad es una pandemia en sí. Se ha perdido una referencia ontológica, un sentido de la verdad. En periodos culturales anteriores había unos modelos y unas referencias a unos valores que te permitían ubicarte con equilibrio ante los avatares de la vida. Con la posmodernidad, que puso en suspenso el discurso de la verdad, en realidad se ha generado una pandemia de multisignificaciones. El todo vale. Y todo no vale. Tenemos que r ecuperar referentes moralmente viables.
Empezó a escribir versos a la edad en que la voz comienza a quebrarse. Un profesor de los Salesianos alentó sus primeros trazos sobre el papel y desde entonces vive entre sinécdoques y endecasílabos. Luego, más tarde, en la Facultad de Letras , se asoció con otros muchachos seducidos por la poesía. Juan Carlos Reche, Juan Antonio Bernier, Francisco Nieva, Rafael Antúnez, Eduardo Chivite. Eran los años del Aula de Poesía, impulsada por Pedro Roso. «Había un escenario emergente y se abonó un terreno fértil para nosotros», afirma Raúl Alonso.
Con «El amor de Bhodisattva» obtuvo en 2003 el Ciudad de Córdoba Ricardo Molina . Fue entonces cuando colaboró en el nacimiento de Cosmopoética, a través de cuya primera edición contactó con Manuel Borrás y se marchó a Valencia para trabajar en la editorial Pre-Textos. Regresó en 2012. Y, desde entonces, se gana la vida editando libros, pero, sobre todo, como gestor cultural . Hasta que el ciclón del coronavirus lo ha cambiado todo.
¿La catástrofe estimula la lírica?
Como «La noche oscura del alma», de San Juan de la Cruz , todas las grandes crisis propician una renovación. Un replanteamiento. Ante un estado de perplejidad, tienes que mirar hacia adentro y volver a un encuentro personal . En los momentos de crisis, todos los estados de inestabilidad propician la generación de nuevos sistemas nucleares. En el arte pasa lo mismo. Subrayo la actitud de muchos artistas cuando abrazan el arte como una tabla de salvación.
La pandemia es también una oportunidad
Desde luego. Pero hay que saber aprovecharla y darse cuenta de ello. La vida, al final, es un estado de conciencia. Ya lo decía Juan Bernier : «Hay gente que pasa por la vida y otros donde la vida pasa por ellos».
¿Hoy, más que nunca, la poesía es el refugio?
Yo, como poeta, creo que sí. Para mí, es un refugio . Pero la concibo con un sentido muy clásico. Tiene esa dimensión metafísica y hasta espiritual. Esa poesía desnuda y pura de Juan Ramón Jiménez . O como la entendían los helénicos: una poesía de revelación. Es un refugio porque conecta con mi mundo interno. Aunque estas premisas no son válidas para todo el mundo. Habrá gente a la que la poesía no le diga nada.
En el año 2000 publicó usted «La plaga» y en 2002 el «Libro de catástrofes». Es usted un visionario.
Cuando aparecieron esos dos libros estábamos en el cambio de milenio. Y los cambios de milenio han venido acompañados de este tipo de visiones distópicas y apocalípticas.
¿Cómo saldremos de esta?
Nadie puede saberlo . A nivel general, esto va a quedar como una anécdota cuando se consiga una vacuna. La gente olvida pronto. Incluso los escándalos más graves se olvidan. Espero que para mucha gente sea una forma de replantearse el estilo de vida.
O sea, no se acerca el apocalipsis.
No creo en este tipo de visiones oscurantistas . Entiendo que en todos los cambios se generan nuevas cosas y gente a las que les cuesta adaptarse. No creo en un fin del mundo.
![El autor, en una imagen tomada esta semana](https://s3.abcstatics.com/media/andalucia/2020/04/19/s/raul-segunda-cordoba-kgHD--510x349@abc.jpg)
Es usted experto en filosofía de las religiones.
Me encanta la religión , en general, pero sobre todo el cristianismo. Empecé a hacer la tesis sobre los textos de Nag Hammadi . Textos cristianos primitivos escritos en copto sahídico que se encontraron en 1945 en el valle del Nilo.
¿El miedo nos empuja al misticismo?
El miedo puede empujar a muchas cosas . A cerrarnos a ideas religiosas que te prometen la salvación. O al ateísmo y la ausencia absoluta de fe. La religión entendida desde el miedo, para mí, es algo tan equivocado como el que no cree en nada por falta de valor. Para tener fe hace falta tener valor . El misticismo es una cualidad del ser. Una sensibilidad. La mística es algo extraordinario. Admiro mucho a esas personas, pero no creo que esté bien alimentada si uno la abraza por miedo. No es el camino correcto.
¿Sin abrazos hay humanidad?
El ámbito que nos hace humanos y libres es el de los afectos. Los abrazos son una parte importantísima del mundo de los afectos . Sin abrazos nos deshumanizamos.
Dice el diccionario Espasa sobre usted: «Autor de poesía metafísica con ironía experimental y contemplativa». ¿Se reconoce?
Me reconozco bastante . Sobre todo, en mis primeros libros.
Desde 2009 dirige la editorial Cántico. ¿No conoce otra forma menos sofisticada de arruinarse?
Realmente, la editorial no es un medio para vivir , pero tampoco para perder dinero. Es un complemento económico, aunque mi verdadera fuente es la gestión cultural. No sería honesto si le dijera que pierdo dinero.
¿Los poetas de hoy son los anacoretas de ayer?
Creo que no. El perfil del poeta contemporáneo es muy diferente de esa imagen romántica del poeta solitario, apartado, tocado por un daimon extraño. Los poetas de hoy son personas con grandes habilidades sociales y comunicativas.
También he leído sobre usted lo siguiente: «Toda su poesía nace de una esencial soledad». ¿De qué huye?
Vaya. No sé de donde habrá salido eso escrito. Yo no huyo de nada . Creo que mi estilo de vida es bastante normal. Tengo una vida social muy intensa aunque viva en el campo. Huyo de lo que puede huir cualquier persona: del miedo al fracaso , a la incomprensión, a quedarte solo, a no llegar a fin de mes.
¿Qué oda se merecen los ATS?
Se merecen, por lo menos, la de Góngora a Córdoba , que para mí es un grandísimo poema. Y todos los aplausos. Están haciendo un gran trabajo.
¿Contra qué vacuna un soneto?
Un buen soneto puede ser una vacuna fantástica para la poesía vacía y frívola que se está cultivando tanto por las generaciones emergentes. Muchos poetas jóvenes deberían volver a la poesía clásica.
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