CONTRAMIRADAS
Rafael Serrano, director del IESA: «Hay que aprender a convivir con la incertidumbre»
Este señor no estudia el comportamiento humano con escuadra y cartabón. Pero casi. Nadie sabe cómo será el mundo tras la debacle. Vale. Serrano da algunas pistas
¿Cómo será la era postcoronavirus? ¿Cuando todo acabe seremos los mismos? ¿Nos relacionaremos igual? ¿Mantendremos nuestro modo de vida? Preguntemos a los que saben. Rafael Serrano sabe. Y mucho. No en vano dirige el Instituto de Estudios Sociales Avanzados (IESA) y es experto en salud pública, entre otras muchas líneas de investigación. La entrevista tiene lugar por teléfono. La curva de infección ha descendido notablemente, de acuerdo, pero todavía se impone la prudencia.
¿Hasta qué punto la pandemia va a transformar el comportamiento humano?
Hay que distinguir dos fases. En una primera etapa post-covid habrá momentos de tensión social y cambios. La gente tendrá miedo. Distinto es cuando tengamos una vacuna. Cuando esté controlada la enfermedad, no hay indicios de que vaya a haber grandes cambios sociales. Lo que no quiere decir que no haya dejado un rastro. Por ejemplo, en el ámbito laboral y educativo. Nos hemos dado cuenta de que la presencialidad quizás ya no sea tan necesaria . Se ha abierto un camino en el que dudo de que haya marcha atrás.
¿La nueva normalidad qué es: un oxímoron o un cambio de paradigma?
Yo creo que no supone un cambio de paradigma . Al menos, a día de hoy. Más bien responde a un proceso de vuelta a la normalidad con control.
¿En esta era el peligro son los otros?
No lo creo. El peligro es un virus. Es más: ni siquiera sabemos qué otros pueden contagiar. Eso es un enfoque dañino. Si empezamos a tener miedo al otro, tendremos un problema. Hay que aprender a convivir con la incertidumbre. Esta crisis nos ha dado en la cara y nos ha dicho: no lo tenéis todo controlado .
¿Podemos vivir sin abrazos?
Yo creo que no. De hecho, la situación más preocupante era la de las personas mayores que viven solas. Los humanos necesitamos cariño, estar con los demás, sociabilizar.
«Los humanos necesitamos cariño, estar con los demás, sociabilizar»
Los que hemos tenido la suerte de teletrabajar lo que más echamos de menos es reunirnos, tomar café, charlar y darnos un abrazo.
¿El miedo salva vidas?
Puede ser tan salvavidas como lo contrario. Si tengo mucho miedo, voy a poner todo tipo de medidas y puede salvar vidas. Pero una sociedad con miedo no puede afrontar una crisis como esta. Las tasas de mortalidad no solo las puede provocar la Covid sino también una crisis económica grande, que puede llevar a situaciones de mayor pobreza y morbilidad. El miedo no es un buen consejero. Otra cosa es la prevención.
¿Qué dice el alto grado de disciplina social de nosotros mismos?
Dice muchísimo. La normalidad en estos dos meses ha sido un altísimo grado de cumplimiento de las normas en situaciones no fáciles para la sociedad. El IESA sacó un estudio sobre la dimensión social del Covid en la cuarta semana de confinamiento. La gente apoyaba las medidas , sabía que las tenía que cumplir, conocía la gravedad que había y se preocupaba mucho por los demás. Para salir de la crisis, colocaban primero la conciencia ciudadana y después los avances científicos. Ahí lo clavan. Hay una responsabilidad colectiva. Hemos tenido una sociedad a la altura. Y ahora es el momento más complejo.
¿La encuesta del IESA certifica que somos ya un país maduro?
Las encuestas no están para certificar. Simplemente miden cómo se está comportando y qué opinión tiene la sociedad en un momento de crisis mundial. Y sí dice que en esos momentos la sociedad estaba bastante madura.
¿Sorprendido por la respuesta ciudadana?
No estoy especialmente sorprendido por cuanto creo que tendemos a señalar las cuestiones negativas y no a ver que, en términos generales, tenemos una sociedad bastante modélica. Es un país seguro, tranquilo y solidario. Quizás esté un poco polarizado en estos momentos pero en la calle ha ido funcionando con cierta normalidad.
¿La polarización del Congreso refleja la de la calle?
Refleja lo que los españoles hemos votado. Estamos en un momento de cambio político y en pocos años hemos pasado del bipartidismo imperfecto a un escenario más diversificado.
¿Adiós a la cultura mediterránea de cerveza y tapa?
No lo creo. De hecho, estaremos de nuevo en la normalidad cuando nos reunamos alrededor de una mesa con los amigos. Es nuestra forma de sociabilidad y no creo que vaya a cambiar en el largo plazo. Si acabamos teniendo la vacuna, volveremos a esa sociabilidad porque es nuestra pauta de interacción.
¿Llega la era del teletrabajo?
En cierto modo, sí. Pero no como cambio total. Progresivamente. El teletrabajo entrará más en nuestras vidas.
Díganos una consecuencia positiva de la catástrofe sanitaria
Que nos demos cuenta de que todo no está controlado. Esa megalomanía social de que todo depende de nuestras decisiones no es siempre así.
Es usted experto en percepción social del dolor. ¿Cómo andamos aquí en la materia?
El dolor físico no es una cuestión solo biomédica sino que tiene un componente social importante. No se vive lo mismo el dolor en unas circunstancias que en otras.
¿Cómo andamos aquí?
No somos distintos los andaluces. Sí que podemos estar seguros de que esta crisis sanitaria tendrá consecuencias importantes no solo en la salud física sino en su dimensión social. La crisis de 2008 ha generado mayor desigualdad y polarización social y eso es motivo de desigualdades en salud.
También es especialista en el final de la vida. ¿Sabemos morirnos en Andalucía?
Es una de las asignaturas pendientes de las sociedades contemporáneas. La vida se ha ido alargando mucho . Es importante centrarse en la etapa final. Cómo se vive ese proceso de morir y qué podemos hacer para que se muera mejor. Es un ámbito de trabajo importantísimo hoy en día.
¿Nuestros abuelos sabían morir mejor?
Morían distinto. La muerte era más sobrevenida y más aguda. La vida era más corta. Ahora todo se controla bastante mejor.
¿Qué hubiera significado esta pandemia hace un siglo y medio?
La debacle. Vivimos más tiempo pero convivimos más con la enfermedad crónica.
¿Estamos preparados?
Es un triunfo vivir más años pero tenemos que trabajar para que sean mejores.
¿Nos creemos las encuestas?
Esta es una gran pregunta para mí. Creo que son un instrumento interesante, sobre todo aquellas que tienen una base científica. Lo que pasa es que tenemos poco conocimiento sobre una herramienta que es casi viral. Nos la podemos creer sabiendo los errores que pueden contener.
¿Incluso si las elabora Tezanos?
Me va a permitir que no haga ningún tipo de valoración personal. El CIS es un organismo muy importante para España que proporciona mucha información, aunque se saca en los medios solo cuando es sobre política. Y eso no hay que confundirlo con que lo lleve una persona u otra.
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