Crónicas de Pegoland
Y compañeros de partido
En política, tanto las adulaciones como las traiciones se hacen en público. No como en la vida

Entre las descripciones de odios, resulta que la de enemigos, enemigos mortales y compañeros de partido , que acuñó Adenauer , se ha quedado fijada como el clásico. El ‘must’ que diría una de esas muchachas conocidas popularmente como ‘influencers’ y a las que en los tiempos buenos llamábamos sencillamente pijas. El peperío ha pasado su semana trágica viendo su particular versión de Pasión de Gavilanes, una telenovela por episodios donde alguien acaba malamente.
Si algo sé de la condición humana es que tiende al instinto de conservación de la nómina . Los partidos son empresas y sus dirigentes y cuadros, empleados. Gente que llega a casa, baña a los niños, ve una película en el Netflix y, si tiene ocasión, ronea. Cuentan con la desventaja de que nuestras contradicciones y traiciones, las que cometemos contra nosotros o contra otros, son privadas. No se le dá más cuenta a nadie que a la imagen que se recibe del espejo cada mañana.
Estos chavales del PP local son, por muy intensitos que se pongan, tropa y marinería. La exposición, empero, es pública. Si adularon fue ante los ojos del respetable. Si ahora piden un congreso extraordinario —bonita forma de enseñarle la puerta a alguien—, se hace también en audiencia pública.
El casadismo local, puramente instrumental por cierto, ha guardado un discreto silencio ahora en la hora de la muerte política de su jefe de filas así como los pedristas de primera hora —cuando se cepillaron a Pedro Sánchez pero bien— eran cuatro y el mogollón de gente que le decía a Susana lo guapa que era ha acabado renegando de su faro de occidente. Conservacionistas todos. La prueba del nueve es cuando un político te dice que en la privada estaría, en condicional, cobrando más. Tate: ve tirando y ya me cuentas, campeón . A ver qué tal te va.
Me imagino molesto a un tipo tan discreto como Adolfo Molina , presidente provincial de los populares, por haber sido citado a la sede genovesa en las horas más dramáticas para dar soporte a una tarea que era imposible, sostener a Pablo Casado en contra de la gran idea de sacar de Galicia a ese líder nato, a ese cráneo ‘previlegiado’, a ese líder de masas que, sin duda alguna, será el próximo presidente del partido cuando llegue la hora del inevitable hosanna en el cielo.
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