Crónicas de Pegoland
Los pintorescos
Un llamamiento a los mesetarios para que pidan permiso antes de hacer la foto
Este es un llamamiento a todos esos seres que nos visitan. A esas personas que hacen bien pagando un dineral a la Renfe por pasar unos días en Córdoba porque así andamos tiesos de camareros. Los comúnmente llamados mesetarios, como se podrán imaginar. Verán. Los usuarios de locales de hostelería pintorescos, también llamados parroquianos, agradecemos que nos acompañen, incluso estamos dispuestos a trabar conversaciones con ustedes de los más variados aspectos, como lo buena que está el agua de Madrid y la mala que está la Cruzcampo , aunque bien que os la bebéis a cienes, felones. Pero, sorpresa, los pintorescos son los bares, los ambientes, algunos barrios de las ciudades. Pero no quienes aquí vivimos. No somos lemures de cola blanca, ciruelo . Y, en adelante, me explico.
Anda usted en el Correo, pongamos por caso de lugares pintorescos de Córdoba, esperando a la novia que viene de comprar lotería y un estimado mesetario le saca treinta fotos y un vídeo con la caña en la mano, como si fuese un José Luis Ábalos de la vida . No hay forma de echar un rato con un conocido, amigo o saludado sin que una simpática jubilada de Alcobendas te saque, quieras o no, en el vídeo que le va a mandar el grupo de Whatsapp que tiene con su grupo de costura. Y luego están las juventudes que llegan con los palitos esos para que las fotos del Instagram salgan molonas. Haciendo así con los morritos mientras los abuelos apuran el medio al fondo de la imagen.
Y nadie la pregunta al abuelo, al mediopensionista, al honrado trabajador si tiene algún problema en aparecer en la foto, en figurar en el vídeo, en ser parte protagónica, siquiera durante unos segundos, de la última capullada del Tik Tok . Y dan ganas de preguntarle al personal que si me voy yo a Ventas a hacerle fotos a nadie, si le digo a los que se comen el bocata de calamares al sol de la plaza Mayor que lo ponga más para allá, que le da mejor la luz. Si es preciso ir a los sitios como el que va al zoológico, como un experto en el mundo animal que necesita documentar cada paso.
O igual es que estamos en la calle tomando cañas que es una cosa que no se puede porque allí tuvieron a Gallardón y aquí nos libramos, se siente. Y, en el fondo, nos tienen una envidia de la muerte por vivir sin permiso.
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